Campaña de Cuaresma 2025
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Descubrió a Dios… ¡en la escuela primaria! Vera, de 26 años, trabaja en recursos humanos y será bautizada el 19 de abril en la iglesia de Notre-Dame du Vœu. Criada por unos padres alejados de la religión, no descubrió a Dios a través de su familia, sino en la escuela católica a la que asistía. "Era una niña curiosa que escuchaba con atención y asistía a las clases de catecismo con mucha atención. Siempre estuve convencida de que había algo más grande que nosotros". Cuando era adolescente, se le pasó por la cabeza la idea del bautismo, pero, como ella misma reconoce, "el tiempo pasó y las ganas también".
A los 21 años conoció a Romain, hoy su marido, de familia católica practicante. Al cabo de unos años, "me pidió que me casara con él y me expresó su deseo de que pudiera hacerse por la iglesia", confiesa la joven. "Yo estaba a favor, pero más por amor que por convicción". Sin embargo, a Vera le gusta llegar al fondo de las cosas y reflexiona con regularidad durante los meses siguientes, hasta que finalmente se dice a sí misma: "¡No hay manera de que me case por la iglesia sin entender el significado! Una cosa llevó a la otra y empezó a pensar más profundamente en ello. Conoció a un sacerdote que le propuso una reunión rápida y la invitó a participar en un curso Alpha que empezaba la semana siguiente. "Las estrellas se alinearon", sonríe.
Este viaje fue una auténtica revelación para la joven. Le sorprendió la variedad de personas presentes, lejos de los clichés. "Había gente muy diferente y eso creó una verdadera riqueza dentro de nuestro grupo. Me dieron la bienvenida y todos llegamos a conocernos. A lo largo del camino, sentí realmente que pertenecía al grupo. Era la primera vez que me pasaba. No me sentí juzgada: podíamos hablar libremente. Es extraño, porque en la vida cotidiana no me habría acercado necesariamente a estas personas".
Poco a poco, su actitud fue cambiando. "Aprendí a ser más bondadosa y a recurrir a personas de las que habría desconfiado por naturaleza. Fue una llamada de atención y me di cuenta de que tenía que dejar de juzgar a primera vista". Recuerda a una persona del grupo que parecía frágil y al margen de la sociedad. "Estábamos en la misma mesa y descubrí una personalidad que no había imaginado, alguien que no estaba tan solo como yo pensaba, y desde luego más rodeado que yo, al final. Me sentí muy extraña". Su mirada se suaviza, como ocurre con una antigua compañera de clase cuyas muchas idiosincrasias solían molestarla, y de la que hoy puede decir: "Es tan amada por Dios como yo, y estamos en pie de igualdad. Cada uno tiene su historia y cada uno tiene derecho a ser como es".
"Lo que he echado de menos de niña es saber que Dios vela por nosotros y que no estoy sola"
A medida que avanzaban las reuniones y los testimonios, nació en ella una nueva atracción por Dios. "Comprendí el poder del amor de Dios en la vida de las personas. Me dije: 'Si todo el mundo tiene derecho a Él, ¿por qué yo no? Lo que echaba de menos de niña era saber que Dios velaba por nosotros y que no estaba sola. Tengo la imagen de Dios abriendo una puerta para cada uno de nosotros, y cada uno decide si quiere atravesarla o no. Sentí el deseo de abrir mi corazón a Dios y me dije que, para poder sellar esta unión, tenía que recibir el bautismo. Tenía la impresión de que aún me faltaba algo, de que no estaba totalmente comprometida".

El final del curso Alpha coincidió con el inicio del periodo de preparación al matrimonio. "Fue entonces cuando me di cuenta de lo que significa elegir amar a alguien. Puedes enamorarte, pero elegir amar a alguien hasta el final es otra cosa", se maravilla. Este tiempo de preparación alimenta su relación con Dios: "Dios nos ama incondicionalmente y la Biblia nos pide que amemos a su vez. No siempre es fácil en la vida cotidiana", sonríe. "Pero tienes que confiar en él y es reconfortante saber que no estás sola en tu relación". Vera y Romain se casaron el 7 de septiembre de 2024 y hoy ella espera su primer hijo. "A mis suegros les gusta decir que será bautizado dos veces. Una vez en el vientre de su madre, y otra en su bautizo 'real'".
Tiene buenos recuerdos de su entrada en la Iglesia. "Toda la congregación estaba dentro mientras yo estaba fuera. Llamé a la puerta y entré con la procesión. Qué emoción ser llevada por toda esa multitud con el órgano detrás de mí: ¡era tan hermoso! El 19 de abril será la fecha de su bautismo, pero también el aniversario de la muerte de su suegra, fallecida hace varios años. Su marido le habló mucho de ello, y ella confiesa que siente como si la conociera. Ve esta coincidencia de fechas como una "señal de Dios" y una promesa de que esa mujer a la que nunca conoció velará por ellos desde arriba. De momento, Vera se prepara para recibir el tan esperado bautismo: "Esto sellará por fin este amor con Dios, ¡y no es poco!"

