Campaña de Cuaresma 2025
Este contenido es gratuito, como todos nuestros artículos.
Apóyanos con un donativo y permítenos seguir llegando a millones de lectores.
Con motivo del Jubileo de 2025, se anima a los peregrinos que llegan a Roma a atravesar las puertas santas situadas en las entradas de las cuatro basílicas mayores. Esta antigua tradición, que tiene su origen en el culto a los mártires de la Iglesia primitiva, fue establecida formalmente por el Papa Bonifacio VIII durante el primer Jubileo, en 1300. Inicialmente, solo estaban previstas las visitas a las tumbas de Pedro y Pablo en las basílicas que llevan sus nombres, pero con el tiempo se añadieron las otras dos basílicas mayores, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor. La práctica evolucionó, los itinerarios cambiaron y otras basílicas se incluyeron poco a poco en las peregrinaciones de los cristianos que venían a alimentar su fe tras las huellas de los grandes santos fundadores de la Iglesia romana, de los que la Ciudad Eterna está repleta.
Esta variedad se refleja en los numerosos itinerarios propuestos este año por la organización del Jubileo 2025. Uno de los más ambiciosos es sin duda el "Giro delle sette chiese" -que significa el recorrido de las siete iglesias-, que ofrece una auténtica aventura espiritual en la capital italiana, tras las huellas de los apóstoles y los mártires. Esta peregrinación debe mucho a san Felipe Neri, que vio en esta práctica "el lugar de expresión de una fe que ofrece un equilibrio entre el cuerpo y el alma, entre los dolores de la Pasión y la dulzura de la Resurrección", cuenta Marc Reverdin en su libro Guía de la peregrinación a las Siete Iglesias, un librito bien hecho para cualquier peregrino que busque una experiencia jubilar en profundidad.

Un nuevo itinerario adaptado a la tradición
En su libro, Marc Reverdin, apasionado por la historia de esta peregrinación y apegado a las gracias que aporta, propone un nuevo itinerario que combina la tradición con las mejores condiciones prácticas y estéticas, fruto de su experiencia personal como peregrino romano. "Es un viaje más complicado de lo que parece. Pero mi itinerario también evita ciertas vías urbanas demasiado peligrosas o ruidosas, y privilegia ciertas rutas más tranquilas para favorecer la contemplación y la meditación", explica este francés afincado en Roma.
Su peregrinación es de unos 25 km, "el equivalente a un día de camino a Compostela", dice el autor. No existe un punto de partida oficial para la peregrinación, por lo que Marc Reverdin sugiere varios, entre ellos la Chiesa Nuova, donde se encuentran las reliquias de san Felipe Neri. A continuación, recomienda la primera etapa, la Basílica de San Pedro de Roma, preferiblemente a primera hora de la mañana para evitar las aglomeraciones.

A continuación, los peregrinos bajan por el Tíber hasta San Pablo Extramuros, al sur de Roma. Allí, pueden presentar sus respetos en la tumba del "apóstol de los gentiles", que fue asesinado un poco más al sur, donde hoy se alza la abadía de Tre Fontane. A continuación, el itinerario se dirige hacia el este, a través del barrio Ostiense, para llegar al inicio de la Via Appia y a la tercera etapa, la Basílica de San Sebastián Extramuros, donde se encuentran las antiguas catacumbas, vestigios de los primeros tiempos de la Iglesia en Roma.
A continuación, la ruta asciende hacia el norte por el parque de las catacumbas de san Calixto, en un paisaje bucólico - "con sus ruinas y sus cipreses", señala Marc Reverdin-, y luego sube hasta San Juan de Letrán, la catedral de los Papas. Aquí se encuentran los relicarios de los cráneos de los santos Pedro y Pablo y la mesa de la Última Cena. La siguiente parada está a unos cientos de metros al oeste: la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén. Esta iglesia alberga las reliquias de la Pasión de Cristo, incluidos muchos fragmentos de la Santa Cruz de la que toma su nombre.


La siguiente parada es al noroeste, a la entrada de San Lorenzo Extramuros, una antigua basílica situada a la entrada del gran cementerio de Roma, el Verano. Aquí se encuentran las tumbas de san Lorenzo, diácono mártir del siglo III, de san Esteban, primer mártir del cristianismo, y del Papa Pío IX. La última parada es en el Esquilino, una de las siete colinas de Roma: la Basílica de Santa María la Mayor, la iglesia más antigua dedicada a la Santísima Virgen. Aquí, los peregrinos pueden presentar sus respetos a la Virgen Salus Populi romani, protectora del pueblo romano, ante la que el Papa Francisco ha venido a rezar más de cien veces desde el inicio de su pontificado.
"La peregrinación de las siete iglesias nos recuerda el viaje espiritual que cada uno de nosotros está llamado a emprender", afirma monseñor Rino Fisichella, principal organizador del Jubileo 2025, en el prefacio de la guía de Marc Reverdin. El libro, lleno de desvíos para enriquecer aún más el viaje del peregrino, ofrece numerosos mapas, oraciones y anécdotas históricas.
"Hay muchos lugares de gran espiritualidad que visitar en esta ruta. Esta peregrinación puede alargarse, acortarse o dividirse en dos días, en función de las capacidades de cada uno, siendo el objetivo principal el proceso de conversión jubilar y de evangelización que está en su origen", asegura el autor, cuyo libro se está traduciendo actualmente a otros cuatro idiomas.


