Campaña de Cuaresma 2025
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De acuerdo con la época, estamos acostumbrados a integrar ritos a nuestra vida diaria, como ocurre con el día de san Valentín en el que muchos se sienten obligados a dar un obsequio a sus seres amados. Por eso puede ser que únicamente se relacione el Vía crucis con la Cuaresma.
Sin embargo, no se trata solo de una práctica piadosa de temporada, sino de una profunda reflexión sobre el misterio de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, hechos que marcaron el culmen de nuestra salvación, para coronarse después con su gloriosa Resurrección.
Entender la grandeza del Sacrificio del Señor
Puede ocurrir que estemos tan habituados a escuchar que Cristo padeció y murió por nosotros entregando hasta la última gota de su preciosísima sangre, que ya no haga mella en nuestra mente, y menos, dé fruto en nuestra alma.
Es tan grande el misterio que la Iglesia concede la indulgencia plenaria "al fiel cristiano que practique el piadoso ejercicio del Viacrucis", como lo especifica el número 63 del Manual de indulgencias de la Penitenciaría Apostólica.
La explicación no deja lugar a dudas de la inmensidad de gracias que se derraman sobre quienes lo meditan:
Con el piadoso ejercicio del Vía crucis se actualiza el recuerdo de los sufrimientos que soportó el divino Redentor en el camino desde el pretorio de Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el monte de la Calavera o Calvario, donde murió en la cruz por nuestra salvación.
Por eso, reflexionar con calma y devoción cada viernes las estaciones del santo Vía crucis harán que nuestro amor por Jesús se fortalezca y cada día sea más profundo.

Cómo ganar la indulgencia plenaria
El documento menciona las condiciones para obtener la indulgencia plenaria, que incluso puede ganarse todos los días:
Para ganar indulgencia plenaria se establece lo siguiente:
1. El piadoso ejercicio debe practicarse ante las estaciones del Vía crucis legítimamente erigidas.
2. Para erigir el Vía crucis se requieren catorce cruces, a las que provechosamente se acostumbra añadir otros tantos cuadros o imágenes que representan las estaciones de Jerusalén.
3. Según la costumbre más extendida, este piadoso ejercicio consta de catorce lecturas piadosas, a las que se añaden algunas oraciones vocales. No obstante, para realizar este piadoso ejercicio, se requiere únicamente la piadosa meditación de la Pasión y Muerte del Señor, sin que sea necesaria una consideración sobre cada uno de los misterios de las estaciones.
4. Se requiere el paso de una estación a otra.
Añade que es necesario pasar de una estación a otra, sin embargo, si el grupo es numeroso, basta con que camine el que va dirigiendo mientras los demás permanecen en su lugar.
Un ejercicio de amor
Como podemos ver, lo que nos moverá a rezar el santo Vía crucis será, definitivamente, sumergirnos en la meditación de la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.
Y pronto comprobaremos que es muy sano integrarlo a nuestras oraciones diarias porque, poco a poco, se convertirá en un auténtico ejercicio de amor al Dios hecho hombre que se entregó al sufrimiento sin condiciones para salvarnos definitivamente.

