separateurCreated with Sketch.

¿Debemos complacernos con la caída de otras personas?

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Philip Kosloski - publicado el 17/02/25
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Podemos tener la tentación de alegrarnos cuando otras personas son derribadas, complaciéndonos en su repentina caída, pero ¿esa actitud nos beneficia en algo?

Muchos de nosotros tenemos un cierto número de personas a las que decimos que "detestamos". Estas personas nos molestan a varios niveles e incluso pueden ser responsables de algunos pecados horribles.

Cada vez que oímos su nombre o vemos su rostro, podemos sentir la tentación de esperar y rezar por su desaparición. Entonces, un día, ocurre algo que los derriba, empañando su legado o humillándolos delante de todo el mundo.

¿Es bueno alegrarse cuando vemos que eso ocurre?

¿Cuál es la respuesta cristiana a la caída repentina de nuestros enemigos?

Que la caridad gobierne el día

San Francisco de Sales nos anima en su Introducción a la Vida Devota a resistir cualquier tentación de regocijo, y a dejar que la caridad gobierne nuestros pensamientos y acciones:

"Siempre y cuando prevalezca un espíritu de caridad y compasión, y que no hables de ellos con arrogancia o presunción, o como si te complacieras en la caída de otros. Hacer esto es señal segura de una mente mezquina y poco generosa.
Aunque nos alegremos de la caída de alguien, no debemos desear que siga en esa situación".

De hecho, deberíamos rezar por nuestros enemigos y hacer el bien a quienes nos hacen daño.

Debemos tratar de ser compasivos con ellos, esperando y rezando para que se vuelvan a Dios de todo corazón.

La gracia de Dios nos sostiene

San Francisco de Sales nos recuerda que solo nos mantenemos rectos por la gracia de Dios:

"Cuando oigas hablar mal de alguien, arroja cualquier duda que puedas sobre la acusación; o si eso es imposible, inventa cualquier excusa disponible para el culpable; y cuando ni siquiera eso sea posible, sé compasivo y compasiva, y recuerda a aquellos con los que hablas que aquellos que se mantienen rectos lo hacen únicamente a través de la Gracia de Dios".

Es posible que un día caigamos y que nuestro nombre sea arrastrado por el fango. Cuando eso ocurra, ¿cómo queremos que nos traten los demás?

La caridad debe reinar siempre en nuestros pensamientos y acciones, pues debemos desear que todos estén unidos a nosotros por toda la eternidad en los brazos amorosos de Dios.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.