La represión a la Iglesia Católica del gobierno de Daniel Ortega continúa en crecimiento. Este jueves 14 de noviembre, medios locales de Nicaragua informaron que la expulsión del obispo Carlos Herrera, de 75 años, podría ser a raíz de que calificara como “sacrilegio” la acción de las autoridades municipales de poner música a muy alto volumen mientras se encontraba celebrando la Eucaristía.
“Esto es un sacrilegio lo que están haciendo el alcalde y todas las autoridades municipales”, declaró.
Esta no fue la primera vez que expresaba su descontento con el gobierno municipal, pues las interrupciones durante las celebraciones litúrgicas se habían presentado en varias ocasiones.
Monseñor Herrera se encuentra en una casa de la Orden de Frailes Menores, en Guatemala, y se desconocen todos los detalles sobre su expulsión.
Más de 100 sacerdotes en el exilio
La abogada nicaragüense Martha Patricia Molina ha registrado el exilio, destierro, expulsión y prohibición de ingreso de 261 religiosos/as, 141 sacerdotes y 13 seminaristas.
Además, informa que, tanto monaguillos como religiosas, son amedrentados con interrogatorios y persecución.
Hermandad del CELAM
En un signo de hermandad, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) se expresó cercano con la Iglesia y los fieles de Nicaragua; además, manifestó su dolor por estos “acontecimientos que afligen a la Iglesia que peregrina en Nicaragua”.
Los obispos de Latinoamérica y el Caribe se unieron en oración por los obispos y el pueblos de Dios, para que “sigan siendo testimonio de fidelidad al Señor, que resplandece hacia todo el continente”.