Una cronología de la lucha del Papa Francisco contra los abusos

Este 29 de octubre de 2024, la Comisión para la Protección de Menores del Vaticano presentará su primer informe sobre la situación de la lucha contra los abusos en la Iglesia católica en todo el mundo. Este documento, que se actualizará anualmente, fue encargado por el Papa Francisco.

Casi un año después de su elección, el Papa Francisco creó una comisión para que le proponga "las iniciativas más adecuadas para la protección de menores y adultos vulnerables, con el fin de hacer todo lo posible para que delitos como los que han tenido lugar no se repitan nunca más en la Iglesia".

Presidida por el cardenal estadounidense Sean O'Malley, la Comisión está formada por especialistas -laicos, clérigos y religiosos- en temas de abusos a menores de diversos países del mundo.

Poco más de un año después de su elección al trono de Pedro, el Papa Francisco hizo su primera petición pública de perdón a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia.

Al recibir a miembros de la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE), pidió sanciones "muy severas" contra los culpables de violaciones de niños. Unas semanas más tarde, el 17 de julio de 2014, recibió en el Vaticano a un grupo de víctimas de curas pederastas.

"Estoy profundamente entristecido porque vuestra inocencia ha sido violada por aquellos en los que confiabais", dijo el Papa Francisco durante un encuentro con víctimas de abusos sexuales en Filadelfia con motivo de su viaje a Estados Unidos. "Lamento profundamente que algunos obispos no hayan asumido su responsabilidad de proteger a los menores", ha lamentado, asegurándoles: "Sabed que el Santo Padre os escucha y os cree".

En una nueva ley, el Papa Francisco ha autorizado la dimisión de los obispos negligentes en la gestión de casos de abusos sexuales a menores. Recuerda que los obispos deben ser "particularmente diligentes en la protección de los más débiles entre las personas confiadas a su cuidado". Si hay indicios graves, Roma puede abrir una investigación y dar al obispo la oportunidad de defenderse.

"Cometí graves errores al evaluar y percibir la situación", confió el Papa en una carta a los obispos chilenos -todos los cuales presentaron su renuncia unos meses después. Durante su visita a Chile en enero de 2018, el Papa defendió a monseñor Juan Barros, obispo sospechoso de haber encubierto a un cura pederasta. El Papa lo había nombrado en 2015 al frente de la diócesis de Osorno, en el sur del país, provocando ya feroces críticas. Tras disculparse, pidió un informe de investigación. Tras leerlo, dijo sentirse "abrumado por el dolor", refiriéndose a "vidas crucificadas".

Pocos días después de las revelaciones condenatorias en la diócesis de Pittsburgh (Estados Unidos), el Pontífice argentino publicó una Carta al Pueblo de Dios dedicada a la lacra de los abusos sexuales en la Iglesia.

En ella, reafirma el compromiso de la Iglesia católica de garantizar la protección de menores y adultos vulnerables contra los abusos. Señala al clericalismo como una de las principales causas de la crisis de los abusos y pide a los católicos que ayunen y recen.

Una semana después, durante un viaje a Irlanda, donde se reunió con ocho víctimas en la Nunciatura de Dublín, pidió "perdón" a quienes habían sufrido abusos sexuales.

Por iniciativa del Papa, 190 participantes de todos los continentes -presidentes de conferencias episcopales, jefes de iglesias católicas orientales, superiores de congregaciones religiosas y prelados de la Curia romana- se reúnen en el Vaticano para librar una "batalla sin cuartel" contra los abusos sexuales en la Iglesia. Esta cumbre histórica -en la que las víctimas pudieron dar testimonios escalofriantes- no se tradujo inmediatamente en anuncios concretos, pero sí estableció una serie de vías a seguir.

En virtud del motu proprio Vos estis lux mundi, todos los clérigos y religiosos están obligados a denunciar sin demora a la autoridad superior cualquier abuso del que tengan conocimiento. Otras medidas incluyen la obligación de que todas las diócesis del mundo establezcan uno o varios "mecanismos estables y de fácil acceso" para denunciar los abusos sexuales a menores.

A raíz de la ley del 4 de junio de 2016, el Vaticano pone en marcha un procedimiento para investigar a obispos o superiores sospechosos de delitos o de encubrirlos. Prevé que el arzobispo metropolitano -que coordina a los obispos de una misma provincia- investigue en un plazo de 90 días, en contacto con Roma. Si el propio metropolitano está implicado, debe hacerse cargo el obispo más antiguo de la provincia.

Un año después de la publicación del Motu Proprio, un obispo estadounidense acusado de encubrir abusos entre 2013 y 2015 ha dimitido, tras una investigación regida por Vos estis lux mundi.

En un rescripto, el Papa Francisco abolió el secreto pontificio respecto a la violencia sexual cometida por clérigos contra menores, personas vulnerables o personas bajo su autoridad. Hasta ahora, los juicios canónicos estaban cubiertos por un secreto absoluto, incluso con respecto a las víctimas, que solo son oídas como testigos.

Este altísimo nivel de confidencialidad fue criticado repetidamente en la cumbre sobre la protección de menores celebrada en el Vaticano a finales de febrero. El Papa también pidió una cooperación más estrecha con los tribunales civiles.

Un año después de la cumbre sobre abusos, el Vaticano creó un grupo de trabajo de expertos para ayudar a las conferencias episcopales y a los institutos religiosos a elaborar o actualizar directrices para la protección de menores.

En otro de los resultados de la cumbre sobre abusos, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado un vademécum destinado a "acompañar y guiar, paso a paso, a quien tenga que buscar la verdad" ante un caso de abusos a menores. El texto de 17 páginas, que no es preceptivo, está a disposición de obispos, superiores religiosos, tribunales eclesiásticos, abogados y responsables de los centros de escucha creados por las conferencias episcopales. Su objetivo es clarificar la legislación de la Santa Sede para que los responsables puedan reaccionar adecuadamente si tienen que hacer frente a una situación de abuso.

En 2018, el Papa Francisco pidió que se arrojara luz sobre cómo el ex cardenal McCarrick pudo ascender en las filas de la Iglesia católica sin ser cuestionado nunca, a pesar de sus numerosos abusos. Dos años después, se hizo público el "Informe sobre el conocimiento institucional y el proceso de toma de decisiones de la Santa Sede en relación con el ex cardenal Theodore Edgar McCarrick (1930-2017)".

Con 445 páginas, este documento inédito traza el camino por el que el antiguo alto prelado estadounidense ascendió brillantemente en la jerarquía eclesiástica desde el pontificado de Pablo VI, a pesar de las acusaciones de abusos sexuales que pesaban sobre él.

En particular, nos enteramos de que Juan Pablo II había sido informado oficialmente de graves sospechas contra McCarrick mediante una carta del cardenal O'Connor, arzobispo de Nueva York, en 1999. Sin embargo, un año después, el todavía conocido como arzobispo McCarrick fue nombrado arzobispo de Washington y elevado al rango de cardenal.

El Papa Francisco lleva a cabo una importante revisión de un capítulo del Código de Derecho Canónico que trata de las sanciones graves. El objetivo es adaptar la ley de la Iglesia al mundo contemporáneo y reequilibrar la relación entre justicia y misericordia "que a veces se ha malinterpretado", lo que ha llevado a un clima de "laxitud". El abuso de un menor está ahora claramente incluido en el Código.

"Toda la Iglesia está en crisis por el problema de los abusos", afirma el Papa Francisco en una carta de tres páginas dirigida al cardenal Reinhard Marx el 10 de junio de 2021. Mirando más allá del caso personal del arzobispo de Múnich-Freising -cuya dimisión el Papa se niega a aceptar-, el obispo de Roma invita a toda la Iglesia a reconocer sus errores y su pecado. "Como Iglesia, debemos pedir la gracia de la vergüenza", afirma, añadiendo que "cada obispo" debe "asumir la responsabilidad de la crisis" y preguntarse: "¿Qué debo hacer ante esta catástrofe?"

El Papa Francisco ha conocido "con dolor" el contenido del informe de la Comisión Independiente sobre Abusos Sexuales en la Iglesia (CIASE) francesa, según ha anunciado el Vaticano, mientras Francia descubre que casi 216 mil personas han sufrido abusos por parte de clérigos o religiosos desde 1950. "Este es el momento de la vergüenza", dijo públicamente al día siguiente en la audiencia general.

Iba a ser uno de los 21 nuevos cardenales creados por el Papa Francisco en agosto de 2022. Pero pocos días después de anunciarse su nombramiento, el obispo emérito de Gante (Bélgica), Luc Van Looy, pidió al Papa argentino que le relevara de su cardenalato. Las víctimas reaccionaron ante la noticia de esta distinción y acusaron al obispo de haber encubierto abusos. El Papa aceptó la petición del obispo.

Tres años después de la publicación del Motu proprio Vos estis lux mundi para tratar los casos de abusos cometidos en el seno de la Iglesia, el Papa ha promulgado una "actualización" de estas normas.

Entre las novedades, se ha reforzado el papel de los laicos en los procedimientos de denuncia. Los moderadores de las asociaciones de fieles reconocidas por la Santa Sede también están ahora obligados a aplicar las normas. La ley especifica que los adultos pueden considerarse vulnerables a los abusos en función de la situación en la que se hayan perpetrado, teniendo en cuenta los vínculos de jerarquía y autoridad. La Curia Romana también se implica más en la tramitación de las denuncias. Por último, en las diócesis deben existir auténticas oficinas "accesibles" para recibir las denuncias.

El jesuita Hans Zollner ha dimitió de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, criticando la falta de transparencia en el seno del organismo y las disfunciones estructurales. El sacerdote alemán, de 56 años, es un reconocido experto en cuestiones de pedocriminalidad. En un comunicado emitido al día siguiente, el cardenal Sean O'Malley, presidente de la comisión, se declaró "sorprendido, decepcionado y en profundo desacuerdo" con él.

En vísperas de su 80 cumpleaños, el presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, el cardenal Sean O'Malley, ha escrito a los responsables de la Curia Romana pidiéndoles "prudencia pastoral" en relación con el uso de las obras del padre Marko Rupnik, jesuita esloveno acusado de haber cometido en el pasado abusos psicológicos y sexuales contra varias mujeres.

"Debemos evitar enviar un mensaje de que la Santa Sede es indiferente a la angustia psicológica sufrida por tantas personas", escribió el cardenal estadounidense en un comunicado, mientras algunos dicasterios de la Curia Romana siguen utilizando en sus comunicaciones obras de este sacerdote, que en su día fue muy influyente en Roma y cercano al Papa Francisco.

"Pido a todos: ¡no encubráis los abusos! Pido a los obispos: no encubran los abusos", dijo el Papa Francisco a 40 mil fieles reunidos para una Misa en el estadio Roi-Baudouin de Bruselas. Ante las autoridades belgas, el Papa habló de los abusos como la "vergüenza" y la "humillación" de la Iglesia católica. En Bélgica, se reunió durante 2 horas a puerta cerrada con 17 víctimas de abusos sexuales por parte de miembros del clero.