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Dios, siendo omnipotente, ¿nos necesita?

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Luis Carlos Frías - publicado el 02/10/24
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Uno de los atributos de Dios es el de la Omnipotencia; es decir, tener el poder ilimitado para obrar su santa, preciosa y perfecta voluntad de manera absoluta, plena y soberana

Dios no necesita de nada ni de nadie pues se basta a sí mismo; sin embargo, su amor por nosotros es tan grande –¡ilimitado!– que suele hacernos partícipes de su obra. En este sentido, pide nuestra ayuda y, con ello, se torna vulnerable y necesitado.

El Evangelio, en sus diferentes versiones, nos presenta esta pedagogía divina. Tomamos como ejemplo cinco pasajes bíblicos y, en todos ellos, señalamos tres momentos clave: a) Jesús pide la colaboración humana, b) La colaboración humana se da plenamente, y c) Jesús obra el milagro.

1Las bodas de Caná: Jn 2,1-11

Milagros actuales

Contexto: Jesús, su madre y sus discípulos acuden a una boda en Caná de Galilea. En plena fiesta se acaba el vino. Su madre interviene con aquellas memorables palabras dirigidas a los sirvientes: “Hagan lo que Él les diga”.

a) Jesús pide la colaboración humana: “Llenen de agua las tinajas”.

b) La colaboración humana se da plenamente: “Las llenaron hasta el borde”.

c) Jesús obra el milagro: convierte aquella agua abundante en “el mejor vino”.

Conclusión: El portento del milagro que Jesús planeó realizar no requería de agua como materia prima. En efecto, bien podría haber hecho aparecer el vino en esas tinajas vacías; sin embargo, quiso la colaboración humana en su obra. En este contexto, Jesús dio a los comensales “el mejor vino”...  no solo de esa historia, sino de la historia.

2Jesús da de comer a una multitud: Mateo 14,13-21

Contexto: Jesús se retira a un lugar despoblado. La multitud se le adelanta. Se compadece de ellos y sana a los enfermos. Al atardecer, los discípulos le piden que ya despida a la multitud para que busquen de comer.

a) Jesús pide la colaboración humana: dice a sus discípulos “denles ustedes de comer”... y más tarde “tráiganlos” (los panes y peces).  

b) La colaboración humana se da plenamente: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces”.

c) Jesús obra el milagro: “Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. Y los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños”.

Conclusión: Los discípulos estaban ante un gran problema. 

- La imposible (humanamente hablando) petición de Jesús: “Denles ustedes de comer”.

- Había demasiada gente: “Unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños”.

- No tenían dinero. El evangelista Juan señala: “Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco”. 

- Están en un lugar inapropiado: “El lugar es despoblado y ya es tarde; despide a la multitud para que vayan a los pueblos a comprar algo de comer.”

Lo importante no es la cantidad del itacate (por el evangelista Juan sabemos que era propiedad de un muchacho; el cual es anónimo para nosotros, pero no para Jesús) sino el hecho de haberlo entregado todo. Jesús tomó esta entrega generosa para dar de comer a la multitud hambrienta.

3Jesús resucita a Lázaro: Juan 11,1-46

Contexto: Jesús y sus discípulos van a Betania, tierra de sus queridos amigos Lázaro, Marta y María. Cuando llegó, Lázaro “llevaba cuatro días en el sepulcro”. Jesús se echó a llorar pues le quería mucho. Se dirigió al sepulcro. 

a) Jesús pide la colaboración humana: “Quiten la piedra” (del sepulcro)…y más tarde: “Desátenlo y déjenlo ir“ (a Lázaro resucitado).

b) La colaboración humana se da plenamente: “Retiraron la piedra”, a pesar de que olía mal después de cuatro días muerto.

c) Jesús obra el milagro: “Salió el muerto con los pies y las manos sujetos con vendas y el rostro envuelto en un sudario”.

Conclusión: ¿El portento del milagro que planeó realizar requería de ayuda?... ¿no podría haberle ordenado a la piedra que se moviera?... ¿o a las ataduras que cedieran? Si pudo obrar lo mayor (devolver la vida a un muerto), desde luego que podría haber obrado lo menor; sin embargo la pedagogía divina señala la necesidad de la colaboración humana.

4Jesús sana a un tullido: Marcos 3,1-6

Contexto: Entra Jesús a la sinagoga. Se encuentra con un hombre con la mano paralizada. Los fariseos están atentos para ver si lo sana en sábado a fin de acusarlo por faltar a la ley.

a) Jesús pide la colaboración humana: Pide al tullido, “ponte en medio”…y más tarde: “extiende la mano”.

b) La colaboración humana se da plenamente: “El hombre la extendió…”

c) Jesús obra el milagro: “… y la mano quedó sanada”.

Conclusión: Parece ilógica la petición de Jesús al tullido de extender la mano estando la persona impedida para hacerlo; pero este hace el esfuerzo, y ahí encuentra la salud, en el esfuerzo y colaboración humana.

5La pesca milagrosa: Lucas 5, 1-11

Contexto: Jesús predica a una multitud. Como se agolpaban en torno a él, sube a la barca de Simón en la orilla del lago de Genesaret para predicarles. Al terminar se dirige a Simón:

a) Jesús pide la colaboración humana: “Navega lago adentro y echa las redes para pescar.”

b) La colaboración humana se da plenamente: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos sacado nada; pero, ya que lo dices, echaré las redes”.

c) Jesús obra el milagro: “Lo hicieron y capturaron tal cantidad de peces que reventaban las redes”.

Conclusión: ¿Necesitaba Jesús la pesca para comer? Indudablemente que no, pero Jesús, de nueva cuenta, pide la ayuda humana y, en ella, obra dos prodigios: la pesca milagrosa, y la respuesta al llamado que hace a Simón de ser pescador de hombres: “Entonces, amarrando las barcas, lo dejaron todo y le siguieron”.

¿Estás dispuesto? ¿Estás dispuesta?

Considerando esta pedagogía divina te invitamos a responder lo siguiente:

- ¿Estás dispuesto(a) a llenar tus tinajas hasta los bordes, confiando en que Él, Jesús, hará el milagro de la conversión de tu agua abundante en el mejor vino?

- ¿Estás dispuesto a entregar a Jesús tus cinco panes y tus dos peces, confiando en que Él hará el milagro de la multiplicación de ese itacate para dar de comer a la muchedumbre hambrienta que te rodea?

- ¿Estás dispuesto(a) a mover la piedra del sepulcro, confiando en que Él, Jesús, hará el milagro de devolverte la vida verdadera a fin de que no vivas como muerto(a)? 

- ¿Estás dispuesto(a) a ir contra la lógica humana para entrar en la voluntad divina (siempre plena y perfecta), haciendo el esfuerzo de extender tu mano tullida, o echando tus redes al mar estéril de tu vida?

- En conclusión, ¿estás dispuesto(a) a jugarte la vida entera por Jesús?

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