Algunas de las devociones marianas más queridas del Papa Francisco

"Esta es Nuestra Señora: Ella señala a Jesús, siempre. Nunca a sí misma", dijo el Papa Francisco a un grupo de religiosos y religiosas el 19 de septiembre de 2021. "Ella es simplemente discípula y Madre. Y, por lo tanto, es como Madre que debemos pensar en ella, buscarla y rezarle. […] En la maternidad de la Virgen vemos la maternidad de la Iglesia que acoge a todos, a los buenos y a los malos: a todos", dijo en abril de 2020.

El Papa Francisco siempre ha manifestado su devoción a la Virgen, madre de Jesús, como un camino para ayudar a los católicos a descubrir la maternidad de la Iglesia y, en última instancia, llevar a los fieles a Cristo. A lo largo de su pontificado ha visitado santuarios marianos, ha ofrecido "rosas de oro" a varios iconos o santuarios marianos y ha rezado continuamente a la Virgen y expresado su devoción.

Aleteia presenta algunos de los iconos marianos más queridos del Papa Francisco que han marcado su pontificado.

La Salus populi romani (que significa "salvación del pueblo romano") es un icono de la Virgen María con el Niño Jesús que se encuentra en la Basílica Papal de Santa María la Mayor de Roma. Según la tradición, fue pintado por el evangelista Lucas y, a finales del siglo VI, fue llevado en procesión por la ciudad para ahuyentar la peste, lo que le valió su título.

Desde la elección del Papa Francisco en 2013, este icono y la basílica se han convertido en imágenes fundamentales de su pontificado, ya que ambos le son muy queridos. De hecho, la visitó por primera vez para rezar como Pontífice el 14 de marzo de 2013, al día siguiente de su elección. También ha dicho que será enterrado en esta basílica papal. Desde que es Papa ha visitado este icono 117 veces, siempre pasando antes y después de emprender viajes internacionales o en momentos importantes de su pontificado.

"Toda la vida de María es un himno a la vida, un himno de amor a la vida: Ella engendró a Jesús en la carne y acompañó el nacimiento de la Iglesia en el Calvario y en el Cenáculo. La Salus populi romani es la madre que nos da salud para crecer, nos da salud para afrontar y superar los problemas, nos da salud para hacernos libres para tomar decisiones definitivas", dijo el Papa Francisco en mayo de 2013. "La madre nos enseña a ser fecundos, a estar abiertos a la vida y a dar siempre frutos buenos, frutos alegres, frutos esperanzadores, y a no perder nunca la esperanza, a dar vida a los demás, vida física y espiritual".

Varios periodistas que han tenido la oportunidad de entrevistar al Papa Francisco lo han hecho en la residencia Casa Santa Marta, donde vive, con un interesante icono de la Virgen colgado al fondo, que la representa de rojo y azul y sosteniendo una cinta anudada. Esta imagen es María Desatadora de Nudos, que el Papa ha contribuido a popularizar enormemente desde su elección en 2013.

El icono original data de principios del siglo XVIII y se encuentra en Augsburgo (Alemania), en la iglesia de San Pedro am Perlach. El cuadro fue encargado por el nieto de un matrimonio que evitó divorciarse tras encomendar a la Virgen María una crisis matrimonial. Al parecer, la cinta blanca de su boda, llena de nudos, fue desatada. El pintor se inspiró en una cita de San Ireneo, que dice «el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María».

El Papa Francisco recibió una imagen de este icono en los años 90 de una monja que había conocido en Alemania durante sus estudios allí y le gustó tanto que la compartió por ahí. En 2021 concluyó un maratón de oración por el fin de la pandemia del COVID-19 confiando cinco intenciones a María Desatadora de Nudos.

Siempre que el Papa Francisco viaja en avión se sienta en la primera fila, donde, sea cual sea la compañía aérea que ha alquilado su avión a la Santa Sede, siempre coloca una imagen de María delante de él. Los dos iconos más habituales que le acompañan en sus viajes son Nuestra Señora de Bonaria y Nuestra Señora de Loreto.

Nuestra Señora de Bonaria es una advocación mariana asociada a un santuario de la ciudad de Cagliari, en Cerdeña (Italia). De hecho, es la patrona de Cerdeña y de los marineros y viajeros.

Al parecer, fue su título el que inspiró a los marineros españoles para bautizar una nueva ciudad de Sudamérica con el nombre de "Buenos Aires" (Buenos vientos en español), hoy capital de Argentina y ciudad natal del Papa Francisco. El Pontífice visitó el santuario mariano de Cagliari en septiembre de 2013.

Nuestra Señora de Loreto es un título mariano asociado a un santuario de Loreto (Italia) que, según la tradición, alberga las paredes de la casa de María que milagrosamente llegó desde Tierra Santa a Europa en el siglo XII. En 1920, Nuestra Señora de Loreto fue declarada patrona de los aviadores. El papa Francisco visitó este santuario mariano en marzo de 2019. Hizo de la fiesta de Nuestra Señora de Loreto una fiesta para la Iglesia universal.

Nuestra Señora de Luján es la patrona de Argentina y su título procede de una estatua del siglo XVI situada en un santuario de la ciudad de Luján. Según la tradición, la estatua procedía de Brasil y se traía a Argentina, pero cuando el convoy que la transportaba llegó a Luján no pudo seguir avanzando. Así, la estatua permaneció allí y poco después creció una devoción en torno a ella.

Antes de convertirse en Papa, cuando aún era arzobispo de Buenos Aires, Francisco visitaba a menudo el santuario y escuchaba confesiones allí, especialmente en torno al 8 de mayo, fiesta de Nuestra Señora de Luján. Al parecer, tiene una estatua de esta María en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Cuando visitó Papúa Nueva Guinea en septiembre de 2024, regaló a la diócesis de Vanimo una rosa de oro, que colocó ante una representación de Nuestra Señora de Luján.

En 2017, el Papa Francisco visitó el Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal en el centenario de las apariciones y regaló a la Virgen María una rosa de oro. En esta ocasión también canonizó a los dos niños pastores a los que se apareció María, los santos Francisco y Jacinta Marto.

Sin embargo, su devoción por Fátima se ve desde antes en su pontificado, ya que en octubre de 2013, ni siquiera un año después de su elección, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María ante una estatua de Nuestra Señora de Fátima. Volvió a hacerlo en marzo de 2022, un mes después de la invasión rusa de Ucrania, cuando consagró los dos países al corazón de María. También visitó el santuario por segunda vez en 2023, cuando fue a Portugal para la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa.

"Según la creencia y la experiencia de muchos peregrinos, si no de todos, Fátima es más que nada ese manto de Luz que nos protege, aquí como en casi ningún otro lugar de la tierra. No tenemos más que refugiarnos bajo la protección de la Virgen María y pedirle, como enseña la Salve Regina: 'muéstranos… a Jesús'", dijo durante la canonización de los jóvenes videntes en 2017.

No se trata de una lista exhaustiva, ya que hay otras advocaciones marianas a las que el Papa Francisco está vinculado, como la Inmaculada Concepción y Nuestra Señora de Guadalupe. No obstante, el apego del Pontífice a María en todas sus facetas subraya su devoción por la madre de Cristo, que quiere acercar a los fieles a su hijo.