Cuando anunció que no viajaría a París para la reapertura de Notre-Dame, algunas voces se alzaron sobre la supuesta falta de amor del Papa Francisco por Francia. Sin embargo, Francia ya ha acogido al Papa en Marsella en 2023 y en Estrasburgo en 2014. Pero es cierto que Francia sigue esperando una verdadera visita de Estado. Lo mismo ocurre con España, Alemania, Reino Unido y Austria, todos ellos países históricamente importantes para la Iglesia.
Desde 2013, el Papa argentino ha podido pisar tierras insólitas, lejos de la Vieja Europa. En particular, ha elegido visitar países donde el catolicismo es muy minoritario, como Mongolia y Birmania. Pero, ¿abandona deliberadamente el Papa Francisco el continente europeo, cuna del cristianismo?
Luxemburgo y Bélgica se convertirán en los países europeos número 22 y 23 en ser visitados por el Papa Francisco desde 2013. Con este viaje, Europa se convierte en el continente en el que el Papa argentino ha visitado más países, a la par que Asia, de donde el pontífice acaba de regresar, tras haberse reunido con los habitantes de Indonesia, Timor Oriental y Singapur a principios de este mes. Como Asia tiene más países (48) que Europa (44), podemos deducir que Europa sigue siendo el continente favorito del Papa. Tanto más cuanto que Francisco solo visitó un país de Oceanía (de 14), diez de África (54) y once de América (33).
Visitas a las periferias
Si comparamos los pontificados, podemos ver que Juan Pablo II realizó muchas más visitas a América que Francisco, proporcionalmente: el 28% de sus destinos, frente a solo el 16% del papa argentino (que ni siquiera ha estado en su propio país).
En Europa, en cambio, Francisco aventaja a Juan Pablo II: 33% de sus destinos para el papa argentino, frente al 30% del santo polaco. Desde este punto de vista, cabe señalar que, por lo que respecta a Europa, la brecha solo es significativa en relación con el pontificado de Benedicto XVI. El Papa alemán, al que no le gustaba viajar lejos por motivos de salud, favoreció a los países europeos en el 60% de sus viajes.
Cabe señalar que el Papa Francisco ha "evitado" los países preferidos por su predecesor: es el caso, en particular, de Alemania y España, que Benedicto XVI visitó en tres ocasiones, pero también del Reino Unido, Austria, Croacia, etc.
Una elección deliberada: cuando se le preguntó -en numerosas ocasiones- por su elección de destinos, el Papa Francisco explicó que había intentado visitar las "periferias" o los "pequeños países" que aún no habían tenido la oportunidad de ser visitados.
Más que un rechazo a Europa, lo que distingue al Papa Francisco, en última instancia, es quizás su interés por Asia -le gusta señalar que fue allí donde nació la Iglesia-.
Proporcionalmente, Francisco ha viajado allí mucho más que sus predecesores: el 33% de sus viajes, frente al 14% de Benedicto XVI (pero solo a Oriente Próximo) y solo el 11% de Juan Pablo II.
Por último, el sentimiento de desencanto del Papa Francisco con Europa se explica probablemente más por el mensaje que intenta transmitir a los católicos del Viejo Continente. Como dijo con cierta claridad durante la audiencia general del pasado 18 de septiembre:
"Seguimos siendo demasiado eurocéntricos o, como decimos nosotros, 'occidentales'. En realidad, la Iglesia es mucho más grande […] que Roma, que Europa, mucho más grande y […] ¡más viva!".