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"Te amo", ¡dos palabras que ya no pronunciarás igual! Si el nombre de cada aniversario de boda –de algodón, hojalata, porcelana, etc.– da muchas ideas para regalar, hay una muy sencilla y bonita: decir "te amo" a tu marido o a tu mujer. Dos palabras que una pareja intercambia con facilidad durante los primeros años de matrimonio pero que se vuelven cada vez más raras con el paso del tiempo.
Sin embargo, son una forma de renovar el "sí" inicial prometido el día de su boda. "Esta renovación es algo muy importante", subraya el padre Paul Habsburg. "Después de tres, cinco, 15 o 40 años, ya no soy la misma persona, y la otra persona tampoco. Es una buena costumbre renovar conscientemente mi sí a la persona que tengo frente a mí".
Tan solo dos palabras
Dos palabras que en realidad son mucho más que palabras: invitan a la acción, mejor aún, ¡son "acción"! "Te amo" es una palabra performativa; es decir, realiza una acción por el hecho mismo de su pronunciación, como la palabra creadora de Dios "hágase la luz" o la fórmula sacramental del sacerdote "yo los bautizo".
"Te amo" es a la vez compromiso y entrega. La persona a la que decimos "te amo" recibe, por tanto, dos regalos impagables: la promesa de un amor duradero y el don del otro.
Te amo = quiero amarte
Por paradójico que parezca, amar no es una cuestión de sentimientos sino de voluntad. El matrimonio no es el resultado de una reciprocidad de sentimientos amorosos, por fuertes que sean, sino el resultado de una decisión.
Ya sea que llevemos 10, 20 o 30 años casados, la cuestión no es si amamos al otro, sino si "queremos" seguir amándolo. Decir "te amo" es, por tanto, reafirmar tu decisión de pertenecer a una única persona. Por la vida. En otras palabras, ¡es una palabra que engancha!
"No podemos prometernos tener los mismos sentimientos durante toda nuestra vida", subraya el Papa Francisco en Amoris Laetitia . "Por otro lado, podemos tener un proyecto común estable, comprometernos a amarnos y vivir unidos hasta que la muerte nos separe, y a vivir siempre una rica intimidad".
El amor que nos prometemos supera toda emoción, todo sentimiento y todo estado de ánimo, aunque puede incluirlos, es un afecto más profundo, con la decisión del corazón que involucra toda la existencia.
"Nada de esto es posible si no invocamos al Espíritu Santo".
Desde una perspectiva humana, esto parece difícil. Pero el amor duradero se ve favorecido por la gracia del sacramento del matrimonio, a través del cual Dios está presente en el corazón de los cónyuges.
El Papa Francisco nos invita a invocar al Espíritu Santo para mantener unida a nuestra pareja en el tiempo: "Nada de esto es posible si no invocamos al Espíritu Santo, si no clamamos cada día para pedir su gracia, si no buscamos su fuerza sobrenatural, si no se la pedimos deseando que derrame su fuego sobre nuestro amor para consolidarlo, orientarlo y transformarlo en cada nueva situación".
Te amo = me entrego a ti
"Amar significa querer la felicidad del otro, ofrecerse por el bien del otro", predicaba Karol Wojtyla en 1954 durante un retiro de preparación al matrimonio. Amar es entregarse. ¡¿Qué mejor regalo que donarte a ti mismo?! Un don al ¡que todo hombre está llamado, porque donándose a sí mismo el hombre realiza su humanidad.