Nunca volverá a ser la misma. El viernes 28 de junio de 2024, Oriana Milazzo, ex jugadora de baloncesto de la Serie A1 y miembro de las selecciones nacionales italianas sub-18 y sub-20, se consagró al Señor con el nombre de Sor Chiara Luce.
Nacida en Sicilia en 1991, Oriana comparte su pasión por el baloncesto con su hermana Ilaria, que también llegó a ser jugadora profesional. Este deseo irrefrenable de poner el baloncesto en el centro de su vida llevó a Oriana a Alcamo, donde dio sus primeros pasos en el deporte. Allí, sus padres la confiaron a un grupo de terciarias franciscanas, y gracias a esta decisión descubrió la comunidad de clarisas que frecuentaban la iglesia del monasterio. Después se trasladó a Priolo, debutó en la A1 y fue convocada para la selección nacional. Sin embargo, "me faltaba algo, sentía una insatisfacción en mi interior", declaró al medio italiano Avvenire.
Para llenar ese vacío, decidió implicarse más en su parroquia. Incluso tuvo un sueño loco: ser médico misionera. Empezó a estudiar medicina con esa idea en mente, pero no lo consiguió. "En mi corazón empecé a preguntarme cuál era mi lugar en el mundo por mi propio bien", confiesa.
La JMJ, un momento decisivo
La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid en 2011 fue decisiva para Oriana. Fue durante esos días de oración y adoración entre jóvenes cuando el plan de Dios para ella tomó forma clara en su mente. Tras un periodo de discernimiento y formación, decidió unirse a las Clarisas, regresando al monasterio de Alcamo. "Sentí que volvía a casa", confiesa.
Completó dos años de postulantado y tres de noviciado antes de su profesión temporal en 2019. Este extraordinario e intenso camino para poder ofrecerse un día en cuerpo y alma a Cristo lo ha vivido con la ayuda y el aliento de su familia. Sus padres "siempre la han apoyado y hecho sentir querida".
Hermana Claire Lumiere de Marie
El 28 de junio, Oriana emitió sus votos perpetuos con el nombre de "Hermana Claire Lumière de Marie, morada de la Santísima Trinidad", nombre inspirado en la beata Chiara "Luce" Badano y Santa Clara de Asís. Fueron recibidas por la abadesa de las Clarisas de Alcamo, la Madre Virginia Formoso.
Pobreza, castidad, obediencia: éstas fueron las nuevas consignas de sor Chiara Luce, que supo apartarse de una efímera gloria terrena para alcanzar el triunfo de la vida eterna.