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Día mundial (y mexicano) para recordar a un amigo frondoso

Ręce kobiet i małego dziecka dotykające starych sęków na ogromnym pniu drzewa.
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Jaime Septién - publicado el 27/06/24
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El 70 % de la población mexicana ha sido afectada de alguna forma por la desertificación del territorio nacional. En este contexto, el Día Mundial del Árbol se convierte en una oportunidad para analizar los fenómenos de deforestación

Si por celebraciones fuera, la importancia del árbol y de los bosques en México estaría en primer lugar, frente a la deforestación, a los métodos ancestrales de “tala, roza y quema” y a la desertificación que ya alcanza al 58 % de la superficie del territorio nacional y afecta al 70 % de la población del país.

Tres celebraciones

El 28 de junio de cada año se celebra, en México y en el mundo, el Día Mundial del Árbol.  Esta jornada fue instaurada por el Congreso Forestal Mundial celebrado en Roma en 1969. Sin embargo, además de este día, en México se celebra el Día del Árbol cada segundo jueves del mes de julio, instituido por el presidente Adolfo López Mateos en 1959.

En ese mismo año, se elaboró otro decreto permanente para la celebración durante todo el mes de julio de la “Fiesta del Bosque”. La finalidad de estas celebraciones es recordada por la importancia que tienen las plantas y los bosques para todos los habitantes del planeta, entre otras cosas, por los bienes y servicios ambientales que ofrecen.

Pero, como es bien sabido, por celebraciones y programas de gobierno que vayan y vengan –aunque sean muchos y bien intencionados—los bosques, las selvas tropicales, los humedales y los árboles no son prioridad entre la población ni mucho menos entre los promotores de la tala inmoderada.

Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en 2024 alguna forma de sequía afecta a casi el 90 % de México, la tasa más alta desde 2011. Y esto se ha agravado los últimos cinco años en el país: tan solo en 2020, México perdió 127 mil 770 hectáreas de bosque, una deforestación superior a la del periodo 2010-2015, que fue de 91 mil 600 hectáreas.

Un poco de historia

Suecia fue el primer país del mundo en instituir un día del año como “Día del árbol”, esto ocurrió en 1840 cuando en dicho país se tomó conciencia de la importancia que tienen los recursos forestales, del cuidado que se debía brindar a los árboles y del servicio que la superficie verde le da a la Tierra.

Años más tarde, muchos suecos emigraron a Estados Unidos y llevaron esta valiosa herencia cultural cuyo ejemplo sirvió para que Estados Unidos, en 1872, también instituyera su “Día del árbol”. A partir de este festejo y para bien, comenzaron a establecerlo otros países del continente y del mundo.

La importancia del árbol

Los árboles son fundamentales para la vida de nuestro planeta ya que purifican el ambiente, oxigenan el aire, proporcionan sombra, mejoran terrenos erosionados, humedecen el ambiente, reducen el ruido, generando –como lo ha sabido captar perfectamente la literatura, especialmente en el bellísimo texto de Jean Giono El hombre que plantaba árboles—son un regalo para las futuras generaciones.

Además, los árboles y los bosques son capaces de templar el lugar donde se encuentran, provocando sensación de frescura y humedad incluso deteniendo las heladas con su follaje, producen alimentos y múltiples recursos mientras suelen ser el hogar de muchas especies del mundo animal y vegetal generadoras del equilibrio en el ecosistema.

Según el portal diainternacionalde.com los árboles juegan un papel fundamental en la conservación del medio ambiente porque:

Liberan el oxígeno y transforman el dióxido de carbono (CO2) en biomasa, reduciendo el efecto invernadero.

·      Son reguladores de los ciclos hidrológicos contribuyendo a evitar inundaciones.

·      Previenen la erosión de los suelos, favoreciendo el desarrollo de la agricultura.

·      Constituyen el hábitat de especies de plantas, aves, mamíferos, reptiles y anfibios.

·      En las zonas selváticas contribuyen a formar un ambiente húmedo.

·      Contribuyen a regular el clima, reduciendo los efectos del cambio climático generado principalmente por el hombre.

·      Son una fuente de materia prima para la elaboración de medicinas, alimentos, papel, combustible (madera y carbón), fibras y otros materiales naturales como corcho, resinas y caucho.

Quizá como parte de esta celebración venga bien para cada uno de nosotros el siguiente proverbio chino: "El mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años. El segundo mejor momento es ahora".

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