Cuando nos enfrentamos a las dificultades resulta muy complicado sacar a relucir el buen humor, sin embargo, para santo Tomás Moro fue el remedio a todo lo que realizaba, desde sus tareas como abogado y después como cónsul y Gran Canciller.
Después de muchos años de colaborar con el rey Enrique VIII, enfrentó la muerte porque no quiso ayudarlo cuando pidió la anulación de su primer matrimonio para casarse con Ana Bolena.
Ni siquiera cuando caminó hacia el cadalso y tuvo que enfrentar al verdugo perdió su sentido del humor.
La oración de santo Tomás Moro
Este gran santo solía rezar la siguiente oración:
Dame, Señor, el sentido del humor. Concédeme la gracia de comprender las bromas, para que conozca en la vida un poco de alegría y pueda comunicarla con los demás".
Santo Tomás Moro, ¡ruega por nosotros!