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‘Radical’: fe en uno mismo y entusiasmo por aprender 

Película radical Eugenio Derbez
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José Ángel Barrueco - publicado el 05/04/24
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Eugenio Derbez interpreta a un docente en este exitoso filme mexicano

Es cierto que una película como Radical, producción mexicana dirigida por Christopher Zalla, cineasta nacido en Kenia, la hemos visto docenas de veces: historia breve de profesor obstinado en enseñar a los alumnos mediante métodos que divergen del plan de estudios. Los ejemplos están ahí: El club de los poetas muertos, Mentes peligrosas, Whiplash, El profesor (Detachment), El suplente… Y sin embargo merece la pena prestarle atención por diversos motivos. 

En primer lugar, porque se inspira en un hecho real ocurrido en Matamoros, ciudad del estado de Tamaulipas (México), que Joshua Davis reflejó en un artículo para la revista Wired. Que esté inspirada en sucesos que ocurrieron allí no le añade prestigio, pero sí credibilidad porque el método empleado en sus clases por el profesor Sergio Juárez Correa (Eugenio Derbez) se apartaba de los planes de estudios y se saldó con éxito. 

En segundo lugar, porque la película contiene algo, una chispa, una conexión con el público, un toque inesperado, a pesar de algunos lugares comunes. Quizá sea por la interpretación entusiasta de su protagonista, el actor Eugenio Derbez, quien antes de ser famoso de forma internacional por su papel secundario en Coda ya era una celebridad en México y Estados Unidos.

Derbez logra que, gracias a su personaje y a sus ganas de que los niños aprendan por encima de todo, algunos espectadores recordemos cuando tuvimos a un profesor de esa índole: raro, diferente, inconformista, empeñado no solo en enseñar la materia sino en devolver la ilusión por el aprendizaje y, de paso, contagiar pasión por la vida y por la cultura. Y también pone en tela de juicio las debilidades del sistema laboral, educativo y burocrático de aquel entorno. 

Al lado de Derbez hay otra sorpresa: la pareja semicómica que forma con Chucho (Daniel Haddad), el director de la empobrecida escuela de educación primaria a la que llega Sergio. Normalmente el personaje de director en las películas suele ser alguien hosco, incapaz de exponer sus sentimientos porque el reglamento y las formas se lo impiden. Aunque al principio de Radical Chucho se muestra así, poco a poco se ablanda y crea complicidad con el profesor Juárez, lo que beneficia al filme.

Fe en sí mismos

Película radical Eugenio Derbez
Eugenio Derbez en el papel del profesor Serio

La historia comienza en 2011. Es el inicio del nuevo curso. La situación fronteriza de Matamoros la ha convertido en un avispero en el que se entrecruzan la corrupción política, la delincuencia callejera, la miseria de muchas familias y la falta de oportunidades. La escuela de primaria José Urbina López tiene algunos de los peores resultados en materia educativa. Sus profesores han perdido el entusiasmo. Los alumnos no confían en sí mismos y sus padres creen que no habrá futuro para ellos en medio de ese ambiente hostil y empobrecido. Los presupuestos concedidos, que podrían garantizarles computadoras y una biblioteca en condiciones y otros recursos, se han quedado a medio camino, probablemente en manos de especuladores. En este escenario entra Sergio Juárez, decidido a cambiar el método de enseñanza de manera radical. Lo que le interesa es apartar a sus chavales de 11 años de las claves habituales y conseguir así que nazca en ellos el interés por aprender, por pensar por sí mismos, por ser creativos en la búsqueda de las soluciones a los problemas y los ejemplos que el profesor les plantea. Esto chocará con la rigidez de otros docentes y con el pesimismo de padres y madres. 

Aunque en ocasiones quizá roce el espíritu de las feel good movies, a mi juicio se aparta del mismo porque el trasfondo es muy dramático en cuanto vemos las vidas íntimas de los alumnos. Está Paloma, que vive con un padre recolector de basura y chatarras que no quiere que nadie llene de pájaros la cabeza de su hija. Está Nico, cuyo hermano anda metido en tratos con jóvenes criminales empeñados en reclutarlos a ambos. Está Lupe, a quien empieza a gustarle la filosofía pero destina casi todo su tiempo libre a cuidar de sus hermanas pequeñas y a administrar la casa donde viven con su madre. Son los casos principales de una película que encierra los valores propios de la enseñanza, del entusiasmo por el aprendizaje. Sergio les enseña a pensar y, lo que es igual de importante, a tener fe en sí mismos, en su potencial y en sus capacidades.

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