Al igual que la semana pasada, el Papa Francisco dijo que todavía estaba resfriado y no pudo leer su catequesis en la audiencia general del 6 de marzo de 2024. En esta catequesis, leída por un tercero, el Papa advirtió contra el orgullo, el mayor de todos los vicios. Al final de la audiencia, renovó su llamamiento por la paz en Ucrania y en Tierra Santa.
Desde el 24 de febrero, el Papa está afectado por un resfriado, que le ha obligado a anular varias citas y a confiar la lectura de sus discursos a otras personas. Esta mañana, sin embargo, el Papa recorrió la plaza de San Pedro en su papamóvil, donde unos seis mil peregrinos habían acudido a escucharle. Después se dirigió al estrado frente a la basílica para presidir la audiencia.
"Todavía estoy resfriado y no puedo leer muy bien", se disculpó el Papa, de 87 años, dejando que Don Pierluigi Giroli, empleado de la Secretaría de Estado, leyera su magisterio sobre los vicios y las virtudes.
"La persona orgullosa es alguien que se cree mucho más de lo que realmente es, alguien que se esfuerza por ser reconocido como más grande que los demás, que siempre quiere ver reconocidos sus propios méritos y que desprecia a los demás, considerándolos inferiores", define el Papa en su catequesis.
En este mal radica "el pecado radical, la absurda pretensión de ser como Dios", añade. Además, "quien cede a este vicio está lejos de Dios", señala.
Ante una "persona enferma de soberbia", "no hay mucho que hacer", admite el Pontífice argentino, que aconseja "paciencia", porque "un día su edificio se derrumbará". Erradicar este mal requiere tiempo y esfuerzo, "más que cualquier otra batalla a la que estemos llamados los cristianos", advierte.
Sin embargo, el Papa señala que el "verdadero remedio" contra la soberbia es la "humildad". Por último, espera que el tiempo de Cuaresma que precede a la Pascua ayude a los cristianos a combatir este vicio.
El Papa reza por Ucrania y Tierra Santa
Al final de la audiencia, el Papa Francisco volvió a tomar la palabra para pronunciar algunos mensajes en italiano.
"Una vez más, hermanos y hermanas, renuevo mi invitación a rezar por las personas que sufren el horror de la guerra en Ucrania y en Tierra Santa, pero también en otras partes del mundo", dijo con voz ronca.