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No organices una boda, prepárate para el matrimonio

wedding ring with diamond shown to the girl while she is amazed

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Merche Crespo - publicado el 25/10/23
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Los preparativos de una boda son tantos y requieren tanto tiempo que los novios pueden fácilmente olvidar el aspecto espiritual

Invitados, cena, decoración, vestido, fotografías... son tantos los pendientes por resolver antes del gran día de la boda que los novios, fácilmente, podrían dejar de lado la preparación espiritual.

Sin embargo, al momento de organizar la boda, Dios debe quedar incluido también en la fiesta de los esposos y su presencia tiene que notarse a lo largo de su vida en común. Al final, la fiesta dura unas horas, pero el matrimonio es para toda la vida.

Vocación matrimonial

Como dice Clara Cuevas en su cuenta de Instagram (@claracuevas3), una joven mexicana creadora de contenido cristiano: "El matrimonio es un salto de fe en discernimiento, que se discierne constantemente hasta llegar al altar, y desde ese momento, ese amor se reafirma todos los días".

Con este objetivo, el Papa Francisco escribió el año pasado un documento titulado Itinerario catecumenal para la vida matrimonial en el que recomienda que los contrayentes reciban ayuda para vivir su relación y así cultivar una espiritualidad conyugal compartida.

Entre otras recomendaciones el Papa propone que "se ayude a los matrimonios jóvenes a saber encontrar tiempo para profundizar en su amistad y acoger la gracia de Dios". Y añade: "Toda la vida en común de los esposos, toda la red de relaciones que tejerán entre sí, con sus hijos y con el mundo, estará impregnada y fortalecida por la gracia del sacramento".

La comunidad: guía, compañía e intercesión

La pareja formará una familia, y la familia, como iglesia doméstica, formará parte de una comunidad; esa comunidad será fortalecida y reforzará su fe por medio de la oración de todos los miembros que la conforman. 

Así que, para la preparación espiritual previa a recibir el sacramento del matrimonio, qué mejor que involucrar a los buenos amigos de la comunidad para que guíen, intercedan y acompañen este camino. ¿Cómo pueden hacerlo?

1Escogiendo buenos consejeros

Clara Cuevas ha compartido en sus redes que al casarse hay que elegir bien a los padrinos, no hacerlo por compromiso, ni por amistad o compadrazgo. Los padrinos y testigos de la boda van a rezar por esos novios toda su vida. Ellos, con sus consejos, van a ayudar a los ahijados en los buenos y malos momentos; asimismo, es importante escoger con acierto al sacerdote que va a oficiar la Misa, a los lectores y encargados de presentar las ofrendas.

2organizando una oración previa

Para asegurarse de tener un momento de profunda conexión con Dios, los novios pueden organizar un momento de plegaria conjunta en la que participen los amigos, padrinos, damas de honor y otros invitados allegados.

Son muchas las necesidades que tendrán en esta etapa de formar una nueva familia, por ello, en un momento de oración como este, los amigos pueden:

- Pedir a Dios que les dé fuerza y sabiduría en sus decisiones diarias.

- Pedir a Dios que los proteja y los guíe a lo largo de su vida.

- Pedir a Dios que les ayude a superar las dificultades o desafíos que se encuentren.

- Pedir a Dios que les anime a transmitir la fe a sus hijos.

- Dar gracias a Dios por su amistad y por las bendiciones que han recibido juntos.

La historia de Laura y David:

Parroquia en donde se conocieron Laura y David

Laura y David (de Barcelona), optaron por organizar un encuentro en su parroquia unos días antes de su matrimonio. En su caso, la parroquia fue el lugar en donde se conocieron hace algunos años, ya que ambos son muy activos en la vida parroquial y en el grupo de oración. Así que, a través del grupo de whatsapp que utilizan habitualmente, convocaron a jóvenes y a otros miembros de su comunidad y, por supuesto, a todos sus amigos. 

Como suelen hacer varias veces al año, ellos mismos organizaron el encuentro: empezaron por unos cantos, seguidos de un momento para la acción de gracias y las peticiones. 

Al final leyeron algunas lecturas recogidas en el ritual del matrimonio y el párroco fue el que proclamó el Evangelio. Acabaron rezando todos juntos el Padrenuestro, un Avemaría y el Gloria antes de disfrutar de una merienda en el patio de la parroquia. 

Un buen ejemplo de que los preparativos espirituales de una boda no pueden perderse entre tanto preparativo de la fiesta. 

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