La abogada y autora del informe Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?, Martha Paredes, denunció a través de las redes sociales que la Policía leal al régimen de Daniel Ortega asaltó este domingo 2 de julio la casa de las Hermanas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo en León.
«La Policía sandinista entraron como delincuentes a media noche de ayer a la casa de las Hermanas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo, ellas iban a dejar el país próximamente (sic)», apuntó la investigadora.
«Se las llevaron con rumbo desconocido. No sabemos nada de ellas. Espero respeten su vida y su integridad», expresó.
«Algunos guardias se quedaron en la casa donde ellas habitaban», finalizó.
A través de las palabras de Molina una vez más queda confirmado el modus operandi de la Policía de Nicaragua con respecto a opositores o miembros de la Iglesia, incluso con un operativo realizado en la madrugada.
Según añaden medios locales como Artículo 66, las religiosas tenían previsto salir en los próximos días de Nicaragua debido a que el Ministerio de Gobernación (Migob) no les renovó el permiso de estadía.
Esta nueva acción se suma a la larga lista de hostigamiento y persecución a miembros de la Iglesia en Nicaragua.
¿Quiénes son estas religiosas?
«Somos una Fraternidad católica multivocacional, formada por consagrados, sacerdotes y laicos en sus más variados rostros y edades», se puede leer en el sitio web de una fraternidad franciscana fundada en Brasil por el sacerdote Gilson Sobreiro.
En ese sentido, prosiguen medios locales como Artículo 66, las religiosas cumplieron en 2023 siete años de estar brindando ayuda en Nicaragua, principalmente en León, donde se radicaban. La entrega de ropa, alimentos y oraciones a las personas en situación de calle se encuentra entre las características más fuertes de una orden religiosa presente en 14 países, entre ellos Costa Rica, Guatemala y El Salvador.
A un año de la expulsión de las Misioneras de la Caridad
En las últimas semanas ha trascendido que hasta el momento se contabilizan más de 80 religiosos –entre ellos monjas y sacerdotes- que han sido expulsados de Nicaragua, país que también ha cobrado notoriedad a nivel internacional por la prisión del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
En el caso del obispo condenado a 26 años de cárcel –el también administrador de la diócesis de Estelí- sigue teniendo repercusiones hasta el día de hoy. Por ejemplo, a fines de junio, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una resolución en la que ordena su liberación.
Sin embargo, junto con Álvarez también ha generado gran repercusión a nivel internacional la expulsión de 18 Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta en Nicaragua.
Por estos días se cumple un año de aquel «éxodo» (la salida de las religiosas se produjo el 6 de julio de 2022) conmovió a muchos y que se transformó en una de las imágenes más emblemáticas de lo que ha estado haciendo el régimen de Ortega con los miembros de la Iglesia en ese país durante estos años.