Las oleadas de migrantes que abarrotan las fronteras y los caminos de México permanecen constantes, no obstante las grandes dificultades que enfrentan en su camino hacia los Estados Unidos. Muchos piden asilo a México (hay 118,000 peticiones en espera de ser atendidas): sólo uno de cada cuatro lo obtiene.
Política migratoria desastrosa
Los recientes acontecimientos mortales en Ciudad Juárez el pasado 27 de marzo, en los que murieron calcinados cuarenta migrantes, la mayor parte de ellos provenientes de Centroamérica, han motivado una respuesta de organizaciones no gubernamentales para poner freno a la corrupción y la discriminación que enfrentan a su paso por México.
Recientemente, 300 organizaciones de la sociedad civil mexicana presentaron ante la Cámara de Diputados un decálogo de acciones urgentes para combatir frontalmente las violaciones a los derechos humanos de los migrantes y sean atendidos de manera integral.
Algunas de las organizaciones promotoras de este importante decálogo son Agenda Migrante, Sin Fronteras, Tejiendo Redes Infancia, Red por los Derechos de la Infancia, Nosotrxs, 50+1 y el Albergue Santo Toribio Romo (a quien se le considera en México, «patrono de los migrantes»).
Los organismos ciudadanos, coordinados por la asociación Agenda Migrante, proponen diez acciones emergentes para paliar la crisis en la que se encuentran las personas migrantes, especialmente los niños, desde una perspectiva de derechos humanos, intercultural, empática y de integración social.
En el decálogo, quienes se dedican a apoyar a los migrantes en México, dejan claro que la actual política migratoria del país norteamericano no solamente afecta sus derechos humanos, sino que falla estrepitosamente al criminalizarlos, como dejó en claro el incendio de la Estación Migratoria de Ciudad Juárez, en el que los «detenidos» estaban encerrados y los «cuidadores» se habían llevado la llave.
Diez puntos esenciales
1. Reformar la Ley de Migración para prohibir la detención de personas en movilidad por más de 36 horas.
2. Mejorar las condiciones de las 56 estaciones migratorias que tiene el país, tanto permanentes como provisionales.
3. Diseñar campañas de concientización entre la población, para combatir la discriminación a las personas migrantes.
4. Crear brigadas móviles para atender los lugares con mayor concentración de migrantes.
5. Priorizar la atención a niñas, niños y adolescentes puesto que se incumplen las propias normas del país que ordenan crear un sistema amplio de protección a menores de edad migrantes.
6. Implementar un esquema eficaz de coordinación entre instituciones, principalmente el Instituto Nacional de Migración, cuya crisis ha sido denunciada por diversas organizaciones.
7. Mejorar la política de refugio en el país, fortaleciendo a la Comisión Mexicana de Apoyo a los Migrantes, actualmente rebasada por la cantidad de solicitudes de asilo que se presentan diariamente.
8. Llevar a cabo acciones contra la trata de personas y el tráfico de migrantes, por ejemplo, desarrollar programas de asistencia a víctimas y mejorar la investigación de grupos dedicados a estos delitos (entre ellos los vinculados a las diferentes iglesias).
9. Luchar contra la corrupción sistemática que afecta a las personas migrantes en México.
10. Replantear los acuerdos entre México y Estados Unidos en materia migratoria.
Una estancia más segura
Si se cumpliera, al menos, la mitad de estos puntos presentados por quienes sí dedican su tiempo y su acción a proteger los derechos humanos de los migrantes en México, su estancia en el país sería segura. Sin embargo, como lo expresaron las voces de los deudos de migrantes muertos en Ciudad Juárez, en muchos lugares de México se les trata como «basura».