«Los brazos extendidos en señal de abrazo y triunfo, nos indican que así como Jesús extendió los brazos en la cruz para adquirir un pueblo santo, en la misma posición Resucitado, vigila, abraza y custodia el pueblo que ha ganado con su sangre. Los brazos extendidos son una clara señal de cubrir y querer abrazar a la humanidad entera colmándola con la plenitud de su resurrección».
Esta reflexión pertenece al presbítero uruguayo Juan González Arasa, quien además preside la comisión arquidiocesana de arte sacro en Montevideo.
Sus palabras hacen referencia a la imagen de Cristo Resucitado que se puede contemplar en el Santuario del Señor Resucitado ubicado en el barrio de Tres Cruces de la ciudad de Montevideo.
El autor del artista uruguayo Ramón Cuadra Cantera (nacido Trinidad, Flores, en 1962), quien además de haber realizado su primera obra de la mano del también escultor y pintor uruguayo José Luis Zorrilla de San Martín (hijo del «poeta de la patria» Juan Zorrilla de San Martín), ha recibido diversos galardones y su legado artístico puede observarse en diversos paseos públicos, así como instituciones religiosas o laicas.
«Es una representación teológica»
«La obra de Ramón Cuadra Cantera, como toda obra de arte, nos enseña un camino muy profundo, que va mucho más allá de lo puramente anecdótico de una imagen. Nos enseña y ayuda a recorrer un camino hacia lo verdaderamente trascendente», comentó González en esa reflexión proporcionada a Aleteia sobre el trabajo del artista uruguayo.
Pero más allá de comentarios o críticas, fue el propio Cuadra el encargado de ofrecer su testimonio a Aleteia sobre esa imagen del Señor Resucitado que se distingue por sus brazos extendidos con colores dorado y blanco.
«He querido representar al Señor Resucitado, utilizando el hieratismo (rigidez, majestuosidad) que es la conjunción de todos los movimientos porque es el movimiento del cosmos», expresó Cuadra a Aleteia.
«El color dorado para significar la divinidad de Cristo y el blanco de sus vestiduras que han visto los discípulos en su Transfiguración», prosiguió.
«No es una representación histórica del hecho, es una representación teológica ya que no parte de una narración sino de un significado, el que da sentido a nuestra condición de cristianos», agregó Cuadra.
Por su parte, González comentó en otro de los pasajes de su reflexión:
«Sin duda, que quien se enfrenta con los ojos del corazón a esta imagen, logra comprender, o por lo menos intuir que la Resurrección de Cristo no es fruto de una especulación, no es fruto de una experiencia mística, sino que es un acontecimiento que sobrepasa ciertamente la historia, pero que sucede en un momento preciso de la misma, dejando en ella una huella ineludible».
Pies, rostro y la cruz que vence
«El no estar los pies en la misma posición sino con movimiento (uno más arriba que otro), completa el concepto de caminar con nosotros, como caminó con los discípulos de Emaús, de la misma manera camina con nosotros descubriéndolo al partir el pan», prosigue González al momento de referirse a la obra de Cuadra.
Con respecto al rostro, González resalta que está «estilizado por la plenitud», lo propio con respecto al manto que «hace una forma que acompaña la plenitud de su Gloria».
«Detrás, está la Cruz que abraza toda la pared. El Resucitado le da nueva lectura: en la Cruz se ha vencido a la muerte, por eso lo que era símbolo de dolor y de muerte, es ahora signo de plenitud y de vida. También está acompañada de grafismos y texturas que se repiten en la túnica del Resucitado muchas de ellas, uniéndolo así al juego mágico del signo y la vida», finaliza González.
Un santuario para celebrar la Pascua
Así como diversas iglesias y santuarios alrededor del mundo tienen diversos patrones, en el caso de este santuario montevideano su patrono es nada más ni nada menos que el Señor Resucitado.
Esto hace que de alguna manera se transforme este espacio religioso en un sitio más que propicio para visitar en tiempos de Pascua.
Según recuerda una nota de la Iglesia de Uruguay, el Santuario del Señor Resucitado comenzó a construirse en octubre de 1996 y a muy pocos metros del lugar donde San Juan Pablo II celebró una misa el 1 de abril de 1987.
En esa zona del santuario también se pude contemplar la denominada Cruz del Papa –que quedó como recuerdo de aquella visita y hasta fue motivo de polémica por su permanencia debido al carácter de Uruguay como uno de los países más laicos de América Latina- y una escultura del propio Juan Pablo II.
La inauguración del Santuario del Señor Resucitado tuvo lugar finalmente el 29 de abril de 2001 y hasta el propio papa Juan Pablo II envió un mensaje grabado con motivo de aquella celebración presidida por el entonces arzobispo de Montevideo, monseñor Nicolás Cotugno.
Entre otras de las características de este santuario se destaca también la imagen de Nuestra Señora de la Resurrección cuya autoría también es de Cuadra, además de las imágenes del Vía Lucis del artista plástico Gustavo Calvo.
En tanto, también se recuerda que la atención de este santuario uruguayo está a cargo de sacerdotes del Opus Dei, algo que se puede constatar gracias a un pequeño busto de San Josemaría Escrivá de Balaguer presente en el lugar.