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Cómo hacer unos sencillos pretzel para disfrutar en Cuaresma

Cesta de pretzels.

María Eugenia Brun - publicado el 06/03/23
Los pretzel son unos lazos de masa horneados que tienen raíces católicas. ¿Sabías que su forma representa una clásica postura monástica de oración?

Es una comida que sorprendentemente no es tan de origen alemán como se piensa. Tiene origen muchos siglos atrás. Cuenta la leyenda que fueron creados por un monje en el monasterio del sur de Francia en el 610 D.C.

Este monje, cada vez que le sobraba alguna masa la utilizaba para hacer unas tiritas, las doblaba y recreaba unos brazos cruzados en oración. Dejaba formados tres agujeros que representan la Santísima Trinidad ( Padre, Hijo y Espíritu Santo). Luego regalaba estos pretzel a sus alumnos cada vez que aprendían sus lecciones, por los que los llamó pretiola que en latín significa "pequeñas recompensas".

Los pretzel son una de las comidas típicas de la Cuaresma desde la Edad Media gracias a sus sencillos ingredientes: harina, agua y sal. Eran muy consumidos en esa época porque no llevan leche ni huevos, dos alimentos que estaban prohibidos durante la Cuaresma.

Cómo elaborar un Pretzel

Ingredientes:

  • 2 cucharaditas
  • 350 mililitros de agua
  • ½ kilo de harina de fuerza
  • 1 ½ cucharadita de sal
  • 1 huevo
  • Semillas de sésamo
  • Semillas de amapola
  • Sal gorda

Preparación:

Primero: Se esparce la levadura fresca en un tazón que contenga 100 ml de agua. Se deja revolviendo 5 minutos hasta que se disuelva.

Se mezclan la sal y la harina en un recipiente de gran tamaño. Se hace un hoyo en la parte central y se vierte el agua con la levadura.

Segundo: Con la ayuda de una espátula de madera, se deja caer la harina por los costados del recipiente, mientras se mezcla con el agua y la levadura para así formar una pasta muy blanda. Se usa un paño de cocina para tapar y se deja que esponje unos 20 minutos, luego fermenta y se formará una espuma.

Tercero: El resultado se mezcla con la harina y se añade revolviendo lo que restó del agua, tanta como sea necesaria para formar una masa con textura dura y pegajosa. Se vuelca la masa en una superficie que esté ligeramente enharinada. Se amasa por diez minutos o hasta que la masa quede homogénea y elástica.

Cuarto: Se pone la masa en un recipiente y luego se tapa con un paño de cocina. Se deja fermentar en torno a 1 hora y media (depende de la temperatura ambiente), entonces duplicará su tamaño. Se deshincha y se deja reposar 10 minutos más.

Quinto: Para armar los pretzel, se divide la masa en 8 trozos y a cada uno se le da forma de bollo redondo y luego se ovala. Se hace rodar cada óvalo hacia atrás y luego hacia adelante, los dedos se deslizan a lo largo de la masa, y se forma una tira de 40 cm de largo. En el centro se deja un espacio de 2 cm y medio y de 5 milímetros en los extremos.

Sexto: Se da forma a los lazos. Cuando se haya dividido la masa y formado las tiras, se toman los dos extremos de cada lazo. Luego se cruzan los extremos dos veces por encima, y después se aprieta en cada lado del lazo.. La operación se repite con cada tira de masa y se coloca en una placa para hornear previamente enharinada; se tapa con un paño de cocina. Luego se deja que fermente 45 minutos, cuando duplica su tamaño.

Séptimo: Con el glaseado de huevo se pintan los lazos. El batido se hace con una yema de huevo batida con una cucharada de agua y una pizca de sal. Se esparce encima el acabado que se elija, semillas de sésamo, semillas de amapola o sal gruesa.

Octavo: Se mete al horno ya calentado a 220 º C y se deja 20 minutos, cuando tome un color dorado. Finalmente se deja enfriar en una rejilla metálica.

Una sencilla receta, con pocos ingredientes, económica y saludable que podemos hacer durante esta Cuaresma para compartir.

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