«Nosotras, las hermanas trapenses de Nicaragua, hemos dejado voluntariamente el país por motivos de la Orden, falta de vocaciones, ancianidad de varias hermanas».
Así se expresaron recientemente a través de sus redes sociales las hermanas trapenses que dejaron Nicaragua en los últimos días.
«Seguiremos siempre unidos en la oración, en la amistad y el cariño que el Señor nos ha regalado durante estos 22 años», prosiguieron las religiosas, quien también confirmaron una presencia misionera que las tuvo en el país centroamericano por más de 20 años.
Por último, en el mensaje de despedida, las monjas trapenses (grupo integrado por una decena de religiosas, según se recordó a través de diversos medios y agencias como EFE) indicaron que su nuevo destino es Panamá.
«Un abrazo fraterno a todos y nuestro agradecimiento», finalizaron.
Otro grupo de religiosas que se va de Nicaragua
Si bien en los argumentos hechos públicos por las monjas trapenses nada indican un vínculo con presiones del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, para muchos aún está latente lo acontecido con las Misioneras de la Caridad en julio de 2022, religiosas que sí fueron expulsadas.
No obstante, lo que sí deja de manifiesto es que más religiosas han estado dejando Nicaragua (con matices y diferencias en los motivos). Con respecto a esto –en cuanto a argumentos- algo similar también sucedió con las religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, quienes esbozaron motivos vinculados al «vencimiento de residencias», «escasez de personal en la congregación» y «problemas de salud».
Mientras tanto, en un último posteo en redes de la cuenta Hermanas trapenses de Nicaragua, se muestran imágenes del monasterio (ubicado en el departamento de Chontales) que dejaron y con el siguiente mensaje:
«Todo está tranquilo. El monasterio está según lo dejamos en manos de la Diócesis».
Escalada de hostigamientos y «mafia»
Lo acontecido con estas religiosas coincide con un tiempo de máxima hostilidad hacia miembros de la Iglesia católica de parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Además de los episodios vinculados a la condena del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, también se han suspendido famosas manifestaciones de fe como las peregrinaciones (persiste la incertidumbre sobre lo que pueda pasar con las principales celebraciones de Semana Santa).
En los últimos días, como un capítulo más sobre la difícil situación para los católicos en Nicaragua, hubo un nuevo discurso cargado de críticas y agravios contra la Iglesia –a la que se la calificó de «mafia»– de parte de Ortega.
«Son una mafia, miren los crímenes que han cometido, cuántos crímenes han cometido y siguen saliendo crímenes todos los días», expresó Ortega durante la conmemoración del 89 aniversario de la muerte de Augusto C. Sandino este martes 21 de febrero.
En noviembre de 2022, Ortega también había acusado de «dictadura perfecta» a la Iglesia, concepto que de alguna manera volvió a defender el martes:
«¿Quién elige al Papa? ¿Cuántos votos consigue el Papa entre lo que es el pueblo cristiano? Si vamos a hablar de democracia el pueblo debería elegir en primer lugar a los curas del pueblo (…) Que sea el pueblo el que decida y no la mafia que está organizada en el Vaticano».