Josete es un niño que tiene parálisis cerebral. Para salir a la calle sus papás lo pasean en una silla de ruedas. Día tras día, empujan la silla por la calle para que el niño pueda disfrutar del parque.
Una silla eléctrica no sirve para este tipo de personas con parálisis. Los padres se veían obligados a realizar un gran esfuerzo físico cuando sacaban a Josete a pasear al parque.
Acababan con diversas lesiones debido a este ejercicio diario.
Un día, una hermana de Josete recibió como regalo un hoverboard, una especie de patín volante. Seguro que los has visto por la calle. Es un elemento de movilidad urbana de auto equilibrio muy de moda. Dispone de una plataforma con dos ruedas y dos superficies para colocar los pies, funciona con una batería recargable de litio y supera los 10 km/h.
El cuidador en patinete
Ignacio Estellés es amigo de la familia y viendo estas dificultades experimentó el momento eureka. ¿Qué pasa si conectas el hoverboard a la silla? Que esta se desplaza y el cuidador puede subirse encima del patinete.
Lo que era una rutina diaria fatigosa se convirtió en un aliciente. Con este patinete, se podían realizar planes familiares. Los niños con las bicis y los papás se turnaban para acompañar a Josete en su silla de ruedas. Se acabaron las discusiones y las excusas para sacar a pasear al protagonista de esta historia.
Las salidas al parque se convirtieron en excursiones que fueron cada vez más lejos. Ir al colegio dejó de ser una pesadilla.
Poco a poco llegaban solicitudes de conocidos y del "amigo del amigo". Así que Ignacio y sus socios crearon la empresa Mooevo para fabricar y distribuir el dispositivo. Es ingeniero de formación, tiene una gran experiencia como inventor de soluciones para el sector de las bicicletas y cuenta con más de 70 patentes.
Pablo Cueto, uno de sus socios, es un financiero experto en dirección y multinacionales. Se pusieron manos a la obra y encontraron la solución a este problema.
Covid: soluciones para el hospital de campaña de Ifema
Nada más arrancar la empresa, llegó la pandemia. Se paró todo. Las noticias sobre el funcionamiento de los hospitales y la información del COVID copaban los informativos. Ignacio vio que en IFEMA se montó un hospital de campaña de grandes dimensiones.
Los sanitarios recorrían grandes distancias trasladando pacientes y material logístico. A Ignacio se le ocurrió poner a disposición del hospital las 30 unidades que tenían en stock.
Así, recoger las muestras de las analíticas resultaba más fácil. Además, los pacientes que se recuperaban debían recorrer 10 kilómetros cargados con bolsas hasta la salida. Y el invento les vino que ni pintado.
Ignacio fue capaz de detectar una necesidad y la convirtió en negocio. En la actualidad es proveedor de Correos. Ha puesto en marcha un proyecto piloto para distintas ciudades españolas: Valencia, Dos Hermanas, Madrid, Cornellá, León, Vitoria y Santa Cruz de Tenerife.
De este modo, los carteros pueden usar un dispositivo de movilidad urbana que facilita el reparto de última milla, con las últimas innovaciones tecnológicas en movilidad sostenible.
Están comercializando modelos que son capaces de transportar 200 kilos de contenido sin esfuerzos.
En 2020 ganaron el Premio Expansión Startup en Movilidad y Smart Cities, el "Best Social 4 Good Institution" de la Fundación ONCE en 2022.