Con pocas horas de diferencia, un matrimonio español experimentó una preocupación tremenda y al poco una alegría... y por partida doble.
La pareja había viajado a Jaca (Huesca). Como es sabido, en este tiempo previo a la Navidad es muy común en España la compra de Lotería. Es casi tradición, como los turrones, y forma parte de las relaciones familiares y sociales: se compra una participación y se comparte con amigos, familiares, compañeros de trabajo... Así, si toca, todos ganan.
Pero este matrimonio perdió en Jaca nada menos que 20 décimos de lotería, que valdrían 400 euros. Además, también extraviaron otros 400 euros en metálico.
El disgusto era mayúsculo. Había pocas posibilidades de recuperar algo tan goloso, porque daba la posibilidad de hacerse con un premio de cerca de 6 millones y medio de euros si hubiera tocado el Gordo (primer premio).
Pero a las pocas horas una persona se acercó a la comisaría de Policía de Jaca para comunicar que había encontrado los boletos en la calle. Así de sencillo.
Aquí no acaba la historia. Ese mismo día, otra persona fue a la misma comisaría para poner en conocimiento de los agentes que había encontrado 400 euros en un sobre en la calle.
La Policía enseguida se puso en contacto con el matrimonio que había denunciado la pérdida del dinero en efectivo y los boletos. Sin embargo, tuvo que hacer alguna pesquisa más para comprobar que realmente eran los dueños de aquella pequeña fortuna.
La pareja se mostró muy agradecida por que dos personas hubieran sido tan nobles que devolvieron lo que encontraron.
Los santos que nos ayudan
Para cuando perdemos un objeto de valor (puede que sentimental) o dinero, o sencillamente algo que necesitamos recuperar, los cristianos contamos con la intercesión de varios santos: especialmente la Iglesia encomienda estos menesteres a san Antonio de Padua, santa Rita de Casia (patrona de causas imposibles y desesperadas), san Judas Tadeo (dicen que al llamarse como Judas Iscariote tiene poco trabajo porque no nos acordamos mucho de rezarle)... y hay quien le reza a los ojitos de la Virgen, para que nos hagan ver lo que nosotros no vemos.
Y, cómo no, los ángeles son nuestros aliados,. que Dios pone a nuestro servicio para que nos ayuden en el camino al cielo. ¿Cómo no nos van a echar una mano en algo tan material? Es una tarea que el ángel de la guarda estará esperando que le pidamos.
Otra devoción popular pide que sean las benditas ánimas del purgatorio las que intercedan por nosotros para encontrar algo que hemos perdido.
Así que da mucha tranquilidad saber que disponemos de muchos aliados para solventar un problema que a veces es muy poca cosa pero otras puede ser un auténtico quebradero de cabeza: desde encontrar las gafas a asuntos de mucha más importancia como un documento o una joya.