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Los amigos y familiares de Carlos Paniagua Mazo cuentan que este hombre próximo a cumplir los 60 años –de los cuales ha dedicado 45 al fútbol– va todas las semanas hasta un pequeño templo ubicado en la población de Sabaneta a darle gracias a la Virgen María y a pedirle protección para sus jugadores y familiares.
Su historia de fe se empezó a conocer este 26 de octubre. Sucedió cuando su equipo de adolescentes venció a la selección de Nigeria 6 a 5 con disparos desde el punto penal, en uno de los partidos semifinales del torneo mundialista jugado en Margao, India.
El inicio de una devoción
En Sabaneta, ubicado a catorce kilómetros de Medellín, en el noroeste de Colombia, hace más de medio siglo, el padre Ramón Arcila, párroco de la iglesia de Santa Ana, empezó a promover la devoción a María Auxiliadora.
Los testimonios de finales de los años 60 dicen que todo empezó con «el parpadeo, una y otra vez» de una imagen de María Auxiliadora ubicada en una de las naves del templo. Meses después, señalan los documentos parroquiales, «la Virgen se manifestó con el reflejo de su rostro en los telones que adornaban el altar mayor».
El fervor creció tanto que el padre Arcila decidió dedicarle una misa a María Auxiliadora todos los martes a las cuatro de la tarde. Pero la convocatoria superó la expectativas del sacerdote que se vio obligado a aumentar el número de eucaristías para albergar a devotos de distintos lugares de Colombia. Las personas legaban animadas por las noticias de milagros y prodigios atribuidos a la madre de Jesús. Desde entonces, la iglesia de Santa Ana alojó el santuario en homenaje a María Auxiliadora. Se trata de un elegante e iluminado altar con una imagen de esta advocación custodiada por dos ángeles.
El profesor Paniagua Mazo va a ese santuario desde que era niño. Se trata de una tradición religiosa muy arraigada en los católicos de Antioquia, el departamento donde está ubicado el pueblo de Sabaneta. Allí llegan todos los martes más de catorce mil feligreses que asisten a las catorce misas y compran novenas. También adquieren modestos escapularios de tela como los que el entrenador colombiano exhibió este 26 de octubre cuando su equipo clasificó a la final del Campeonato Mundial de Fútbol Sub-17.
Espíritu mariano
«Quiero dedicarle este triunfo a mi país y, primeramente, a la Virgen María Auxiliadora y a nuestro Señor. Ella nos dio sabiduría para guiar este grupo y esta generación tan linda de jugadoras», declaró emocionado el entrenador a periodistas del Canal Caracol, mientras mostraba el escapulario con la imagen de la Virgen de Sabaneta.
En otra entrevista con enviados especiales del canal colombiano Win Sports, Paniagua Mazo confesó que, durante la tanda de cobros, en la que su equipo estuvo a punto de perder la clasificación a la final, echó mano de su escapulario e invocó a María Auxiliadora.
Según el entrenador, esta victoria no fue fruto de la casualidad ni del azar y en ella tuvo mucho que ver su devoción mariana: «Durante los penaltis, yo acariciaba el escapulario y pedía [a la Virgen] porque dicen que esta es una instancia de suerte, pero no, no es suerte. Es una instancia definitiva. Imagínese: una niña de 15 o 16 años pararse ahí a cobrar un penalti para una instancia tan decisiva como jugarse el paso a la final de un Mundial. ¡Eso no es fácil!».
Fundamental para fortalecer la fe del equipo
Allegados a la selección colombiana que hablaron con Aleteia desde Margao dijeron que, pese a que varias chicas pertenecen a confesiones diferentes a la católica, el profesor Paniagua les ha inculcado a todas un alto sentido de espiritualidad que «ha sido fundamental para armonizar el equipo, fortalecer sus habilidades y acrecentar la fe».
Si bien Paniagua eleva oraciones a María Auxiliadora y reza con frecuencia el Padre Nuestro. Y a todo el equipo lo exhorta con una súplica muy cristiana antes de cada partido. Incluso, poco antes de que este miércoles empezaran los lanzamientos desde los once pasos, el técnico reunió en la cancha a todas sus jugadoras y al equipo técnico y «les pidió que tuvieran mucha fe porque iban a lograr el objetivo de llegar a la final».
Euforia nacional
La clasificación del conjunto colombiano, integrado por jóvenes entre los 15 y 17 años, produjo múltiples sensaciones entre aficionados, futbolistas famosos y dirigentes políticos.
En todos los sectores se resaltó esta victoria como la más importante en la historia futbolera de este país de cincuenta millones de habitantes. En efecto, nunca ningún equipo de fútbol había llegado tan lejos en una competición mundial. Ni siquiera las selecciones lideradas por leyendas como Carlos «El Pibe» Valderrama o, más recientemente, la comandada por James Rodríguez.
La final se jugará este domingo 30 de octubre ante España en el estadio DY Patil, de Nueva Bombay. Y será una revancha ya que el conjunto ibérico derrotó 1 a 0 al colombiano en la fase eliminatoria.