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El grito del Papa Francisco por la paz y la invitación: Rezad el Rosario

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 24/10/22
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«La oración es el poder de la paz». En octubre, mes del Santo Rosario, el Pontífice insiste en intensificar la plegaria para poner fin a la «tercera guerra mundial en pedazos».

En octubre, mes mariano y del Rosario, el Papa Francisco ha insistido en intensificar la oración para detener la tercera guerra mundial en pedazos, a través de diversos llamamientos.

Precisamente, este domingo ha invitado aunar esfuerzos de oración alrededor del evento que se efectuara este martes 25 de octubre en el Coliseo de Roma: «Un grito por la paz» junto a representantes de iglesias y comunidades cristianas.

La oración es el poder de la paz

«Los invito a unirse espiritualmente a esta gran invocación a Dios: la oración es el poder de la paz. Recemos, sigamos rezando por Ucrania, que está tan martirizada», indicó en el Ángelus. 

El pontífice reiteró su llamamiento no sólo por la paz en Ucrania, sino también por las guerras olvidadas en Etiopía, Yemen, entre otras naciones, y para que se «transforme los corazones de cuantos tienen en sus manos el cese del huracán de la violencia»

«En nombre de Dios pido que se frene la locura de la guerra», exhorta el Papa, a puertas del décimo aniversario de su pontificado, a cumplirse en marzo de 2023. Lo escribe en el libro de reciente publicación: «Os ruego en nombre de Dios. Por un futuro de esperanza» (ed. Mensajero, 2022)

Rezar el Rosario, junto a Juan Pablo II

También durante la fiesta de San Juan Pablo II, 22 de octubre, ha pedido rezar junto al Papa polaco y encomendar a la «Madre de Dios» las causas más difíciles, incluida el conflicto bélico que golpea el corazón de Europa, dijo, «sintonizándonos con su mirada en el rezo del #SantoRosario».

Francisco rememoró recientemente que Juan Pablo II dio gracias a Dios porque, por intercesión de la Virgen María, el planeta no ha conocido todavía el horror del conflicto nuclear. «Por desgracia, debemos seguir rezando por este peligro» (Discurso a los participantes en la sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias (PAC), 10.09.2022). 

Cabe recordar que Juan Pablo II tuvo una devoción al Rosario y a Nuestra Señora de Częstochowa ampliamente documentada. En 2002, por ejemplo, cuando se celebró un año especial del Rosario, el futuro papa santo inculcó a volver a «descubrir la eficacia de la oración del Rosario por la paz en el mundo y en las familias», así como «la comunión con la Virgen María por medio de esta noble plegaria».

Juan XXIII y el Rosario para redimir

Volviendo a nuestros días, en el mes del Rosario por la paz, el 266º Sucesor de Pedro igualmente persistió en indicar otra amenaza para la humanidad: «no podemos olvidar el peligro de guerra nuclear», «¿Por qué no aprender de la historia?», cuestionó (Ángelus 09.10.2022).  

Lo hizo recordando la figura de su predecesor san Juan XXIII, «a propósito del inicio del Concilio, hace 60 años» y quien fue determinante en evitar una guerra atómica entre las dos super potencias de entonces (10.10.2022). 

Roncalli decía al respecto: «Rezando y meditando los misterios del Rosario, vivimos una vez más todo el Evangelio y la maravillosa historia del género humano redimido y salvado» (04.05.63). 

Los niños rezan el Rosario

En esta línea, Francisco ha apoyado la Campaña de Ayuda a la Iglesia que Sufre: un millón de niños rezando el rosario (iniciativa que se repite desde 2005). 

La tradición católica, según las indicaciones de padre Pío (1887-1968), indica que: «Cuando un millón de niños recen el rosario, el mundo cambiará».

En este contexto, el Papa instó a proseguir esta tradición mariana: «Encomendemos a la intercesión de la Virgen al martirizado pueblo ucraniano y a las poblaciones en las que reinan la guerra, la violencia y la miseria» (18.10.2022).  

«Dios te salve María, llena eres de gracia»

La tradición del Rosario por la paz, tiene origen en el siglo XVI, cuando el 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla de Lepanto. En aquella guerra, salió derrotada la flota turca y las armas de la cristiandad obtuvieron la victoria. En ese entonces, desde Roma se rezaban rosarios por la paz. Por ende, el papa San Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre de 1572, y un año después se efectuó el cambio por la de Nuestra Señora del Santo Rosario. 

Por eso, especialmente los últimos pontífices la consideran un «arma espiritual» para clamar por la paz y por la misericordia de Dios. «El Rosario es una oración sencillísima que invita al reposo interior, al abandono en Dios y a la confianza, con la seguridad de obtener las gracias que necesitamos», afirmaba San Juan XXIII (13.10.1960). 

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