El colectivo de Derechos Humanos «Nicaragua Nunca +» indicó en su cuenta de redes sociales que la dictadura de Daniel Ortega-Rosario Murillo ha dado otro paso hacia el control total de vidas y libertades de opositores.
«Recibimos información del secuestro de Félix Roiz, esposo de Ana Carolina Álvarez, hija del exiliado Javier Álvarez, quien también está secuestrada por la Policía. Exigimos la libertad de Jeannine Horvilleur, Ana Carolina Álvarez Horvilleur, Félix Roiz y todos los presos políticos», dice el colectivo en un tweet.
Conformado por ciudadanos obligados a desplazarse, el grupo fue fundado el 30 de abril de 2019, un año después del inicio de la represión contra la oposición nicaragüense por el régimen sandinista. Ahora denuncia una nueva forma de intimidación de los que huyen del país: secuestrar y encarcelar a sus familiares.
«Este acto grotesco de una familia entera detenida no se había dado antes. Hasta ahora, no han dado ninguna información oficial, pero sabemos de esto porque Javier (Álvarez) logró escapar y está acá», contó a la agencia DW Gonzalo Carrión, representante del colectivo, exiliado en Costa Rica desde 2018.
De esta forma, el régimen de Ortega busca presionar a Álvarez y a otros opositores para que regresen al país. Esto para luego proceder a su detención. Si bien Álvarez se califica a sí mismo como un opositor, no participa activamente en política, por lo que no entiende el hostigamiento y la persecución.
«Javier es una persona que rechaza la dictadura, pero dice: "No he cometido ningún delito. Si es a mí a quién buscan, que me capturen, pero suelten a mi familia". No es el clásico opositor partidario, sino que es uno que no quiere vivir en dictadura», narró Carrión.
Detenciones masivas
Por su parte, el Monitoreo Azul y Blanco reporta al menos a 11 opositores detenidos por la sancionada Policía entre el 5 y el 18 de septiembre, entre ellos a varios miembros de una misma familia de Jinotepe, en Carazo.
Las detenciones fueron realizadas en contra de miembros de Unamos, organización política que tiene a varios dirigentes como presos políticos, mientras otros están en el exilio, desde donde exigen al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que se respeten los Derechos Humanos de los nicaragüenses.
De las 11 detenciones, 9 son varones y dos corresponden al sexo femenino, indicó el Monitoreo Azul y Blanco en sus redes sociales. Los lugares con mayor índice de detenciones reportadas son Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, Chontales, León, Managua y Carazo, denunció la organización cívica.
Sabemos que tú no hiciste nada…
Desde abril de 2018, el país centroamericano enfrenta una crisis social y política que lejos de todos los pronósticos, se ha seguido profundizando con dos mil personas detenidas y aproximadamente (nunca se puede saber con precisión esta cifra) doscientos presos políticos.
«El Chipote», nombre que recibe la cárcel en Managua, está a tope. Y dentro de sus mazmorras alberga a periodistas, estudiantes universitarios, líderes políticos (obviamente de oposición) y sacerdotes. De seguir la nueva práctica del régimen, tendrá que hacer un anexo para albergar a familias de supuestos disidentes.
Tomar presos a los familiares –cuya participación en las manifestaciones o en cualquier tipo de acto político es inexistente—es la manera de intimidar y de provocar terror en el núcleo más íntimo de los perseguidos por Ortega y sus esbirros. Muchos han dicho que los que los detuvieron les dijeron que sabían que no habían hecho nada, pero al que querían era a su papá…