La Policía orteguista, con el comisario Juan Antonio Valle Valle al frente, ingresó este 19 de septiembre a la parroquia San Miguel Arcángel de Masaya para impedir que los fieles sacaran a la imagen de San Miguel Arcángel a la calle.
Los oficiales se apostaron en la puerta, ingresaron al templo y mientras estaban dentro fueron abucheados. La situación generó que tuvieran que salir de la iglesia, pero se quedaron rodeándola.
«Existe mucha expectativa y preocupación por lo que pueda ocurrir hoy con la “bajada” de la imagen de San Jerónimo a eso del mediodía», advirtió el padre Edwin Román a Aleteia desde su exilio en Miami (algo que ya se empezaba a vislumbrar este 20 de septiembre con la iglesia de San Jerónimo rodeada de policías).
En efecto, el padre Edwin Román conoce muy bien lo que significa la fiesta de San Miguel para Masaya. Este sacerdote nicaragüense fue párroco de esa iglesia y se ha transformado en los últimos años en una de las caras más visibles del asedio del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia en el país centroamericano.
Procesiones de San Jerónimo y San Miguel Arcángel prohibidas
«Hoy en día la dictadura no permite ninguna manifestación pública por temor a que el pueblo se tome las calles», recordó el padre Edwin Román tras la decisión, confirmada a través de un comunicado de la propia Arquidiócesis de Managua, de la prohibición de la Policía de las procesiones de San Jerónimo y San Miguel Arcángel «por razones de seguridad pública».
«Hoy en día se trata de prohibir estas actividades religiosas porque existe en Nicaragua una persecución religiosa directamente en contra de la Iglesia católica. Ya sabemos que mantienen secuestrado monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa. Igualmente, en la cárcel, a varios sacerdotes. Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, en el exilio. En esta situación estamos varios sacerdotes. Y también religiosas expulsadas (Misioneras de la Caridad), equipos de radio y TV católicos expropiados. (Hay) amenaza, asedio e intimidación a fieles católicos», prosiguió Edwin Román.
Masaya, una de las ciudades más reprimidas
Masaya es una ciudad ubicada al sur de Managua que se distingue por su folklore, artesanía. «Un pueblo muy laborioso donde se encuentra el heroico barrio de Monimbó que sufre la represión de la dictadura», recordó Edwin Román a quien hasta se lo llegó a llamar «El Ángel» de Masaya.
Septiembre es el mes de sus fiestas patronales en honor a San Jerónimo, patrono de la ciudad. Las festividades en su honor inician este 20 de septiembre con la bajada de la imagen de su trono para sus diversas celebraciones.
La fiesta central es el día 30 cuando se concentran peregrinos promesantes de toda Nicaragua. «La celebración a San Jerónimo se fusiona con las fiestas a San Miguel Arcángel, (copatrono) que iniciaron este 19 de septiembre, también con su tradicional bajada de su altar», prosiguió el sacerdote.
El día 29 de septiembre, luego de la misa, sale la imagen del templo parroquial para hacer un largo recorrido en procesión por la ciudad. La imagen llega de noche al templo parroquial de San Jerónimo para «acompañarlo» en la misa del día siguiente.
Luego en su tradicional y largo recorrido por la ciudad el día 30, ambas imágenes permanecen juntas por varios días. «A ambas se les celebra nuevamente, lo que llamamos la “Octava”, con mucha alegría y participación de fieles», subrayó el padre Edwin Román.
«Masaya es una de las ciudades más reprimida por la dictadura. Luego por la emergencia del coronavirus, las autoridades eclesiásticas sugirieron evitar las aglomeraciones en las que los fieles devotos de ambos santos estuvieron de acuerdo. Sin embargo, la alcaldía sandinista de Masaya se inventó otra imagen de San Miguel y San Jerónimo sin bendecir, para realizar “procesiones” partidarias en la que se promovió el contagio del COVID dejando como consecuencia enfermos y fallecidos, además del desorden sin ningún sentido religioso como verdaderamente debe ser», afirmó el padre Edwin Román.
San Miguel Arcángel en Masaya este 19 de septiembre (galería):
Las fiestas patronales más extensas de Nicaragua
Las fiestas a San Jerónimo son las más largas de Nicaragua. Suelen extenderse por varios meses en los que el pueblo con sus tradiciones participa de la danza folclórica, «agüizotes», «toro venado», que es un desborde de disfraces típicos, personajes de leyenda como «la carretanagua», «el cadejo» y otros que se disfrazan ridiculizando a algún político o personajes relevantes o folclóricos de la ciudad.
«En estos cuatro años recientes se vieron interrumpidas por las protestas cívicas del país en contra de la dictadura que dejaron más de 500 asesinados víctimas de la represión, medio millón de nicaragüenses exiliados y más de 200 presos políticos», añadió el padre Edwin.