Muchos años atrás descubrí un tesoro en nuestra Iglesia católica. Una promesa que se ha cumplido al pie de la letra y es formidable. ¿Tienes una Biblia a mano? Vamos a buscar esa promesa. Está en Mateo 28, 18-20. Veamos qué dice.…
Primero hace un envío para hacer discípulos y luego la gran promesa de permanecer con nosotros hasta el fin del mundo.
Que todos los sepan.
Ya no necesitas ir a Jerusalén para seguir los pasos de Jesús. Puedes estar con Él, y hablarle directamente, tenerlo frente a ti.
Tienes a Dios muy cerca
El mismo Jesús que caminó en Jerusalén está disponible en todos los Sagrarios para escucharte.
¿Cómo lo haces? Muy sencillo. Vas a un oratorio donde tienen un Sagrario. Allí encontrarás a Jesús VIVO, prisionero de Amor por nosotros.
Sí, este es el gran descubrimiento que el mundo debiera conocer, así los Sagrarios nunca estarían abandonados:
JESÚS ESTÁ VIVO. Y TE ESPERA EN EL SAGRARIO
Cuando alguien me comenta de un nuevo descubrimiento le digo: “Es maravilloso, yo prefiero ir a ver a Jesús en el Sagrario. Sé que está allí. Voy a lo seguro”.
Recibir a Jesús
Sabiendo esto debes tener delicadeza al recibir a nuestro Señor, consciente de a quién recibes y hacerlo con dignidad y amor.
¿Sabes cómo prepararte para comulgar?
Nuestro amigo el Padre Sergio, lo explica en este simpático video. Te invito a verlo. Vale la pena. Es una enseñanza edificante.
Me encantan estas palabras de san Josemaría Escrivá que nos hacen valorar la Sagrada Comunión. Reflexiono sobre ello antes de ir a misa.
Te comparto los requisitos que se necesitan para comulgar dignamente:
La importancia de comulgar dignamente
Es tan serio el tema, que en la Biblia recibimos advertencias para los que se atreven a comulgar indignamente.
Este texto estremece el alma. Hoy, cuando veo todo lo que ocurre en nuestra Iglesia, comprendo lo serio que es.
Te pido que leas con atención. Está en 1 Corintios 11, 26 a 30.
Hermano sacerdote, necesitamos que nos hables de nuevo sobre la importancia de hacer una buena comunión y de la presencia real de nuestro Señor en la Eucarística, y en los Sagrarios del mundo entero.
Nada hay más triste que un Sagrario abandonado donde no se le demuestra amor a nuestro buen Jesús.
¿Puedo pedirte un favor? Cuando vayas a verlo en el Sagrario dile: “Jesús, Claudio te manda saludos”. Ya sabes que me encanta sorprenderlo.
¿Te gustaría compartir con nosotros tus aventuras en la fe? Puedes escribirme si lo deseas. Te dejo mi email personal cv2decastro@hotmail.com
¡Dios te bendiga!