Cuando parecía que la expulsión de las Misioneras de las Misioneras de la Caridad el pasado 6 de julio y lo sucedido en los últimos días con el asedio a sacerdotes, además el encierro en la Curia Episcopal del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, habían sido puntos fuertes del régimen contra la Iglesia en Nicaragua, en las últimas horas se sumó un nuevo capítulo.
Es que ni la procesión de la Virgen de Fátima, famosa advocación mariana cuya réplica fue llevada a Nicaragua desde 2020 para que pudiera recorrer el país, se salvó del régimen encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
Este 12 de agosto, desde la Arquidiócesis de Managua se anunció a través de un comunicado que por «motivo de seguridad interno» no se permitía el desarrollo de la procesión de la Virgen de Fátima prevista para este 13 de agosto.
Se trataba de una actividad enmarcada en ocasión del Congreso Mariano y final de la peregrinación de la Virgen de Fátima en Nicaragua.
Como alternativa, llamado de la Arquidiócesis de Managua fue el de que los fieles se dirigieran este 13 de agosto directamente (a pie u en vehículos propios) a la catedral. Y que de forma pacífica rezar por la Iglesia y Nicaragua.
La ceremonia de este sábado, que despide a la Virgen de Fátima de Nicaragua, iba a ser presidida por el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, y el clero local.
«Ofrezcamos los días catorce y quince de agosto, todas las eucaristías y la Gritería Chiquita en la Solemnidad de la Asunción de María respectivamente, pidiendo para que los nicaragüenses crezcamos en fe y esperanza», se añadió en el comunicado.
La condena de la OEA
Este viernes 12 de agosto, quien se pronunció también sobre la situación de hostigamiento hacia la Iglesia en Nicaragua fue la propia Organización de Estados Americanos (OEA). Lo hizo a través de la aprobación de una resolución votada por 27 países del Consejo Permanente. Hubo uno en contra, cuatro abstenciones y dos países ausentes como Nicaragua y Colombia.
«El ambiente de opresión se ha agravado, con un número creciente de arrestos y detenciones arbitrarias, el cierre forzado de organizaciones no gubernamentales, la toma autocrática de las alcaldías de cinco municipios cuyos titulares eran de un partido político de la oposición, la intensificación de la represión contra periodistas y de libertad de los medios de comunicación», se indicó.
«Y ataques a monjas y sacerdotes de la fe católica romana», añadió la OEA entre los motivos de preocupación por la situación de Nicaragua.