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El reciente asesinato en Colombia del fiscal contra el crimen organizado de Paraguay, Marcelo Pecci, y un atentado que dejó en grave estado al intendente de Pedro Juan Caballero, José Carlos Acevedo, impulsó a la Iglesia católica proponer un gesto común por la paz. Este tipo de prácticas eran más frecuentes en el país sudamericano durante la dictadura de Alfredo Stroessner, derrocado hace 33 años. Pero actualmente ya no lo eran tanto.
“Condenamos y repudiamos firmemente éste y todos los atentados contra la vida humana. En ese sentido, nuestro Dios es un Dios que ama la vida y su mandamiento es claro y preciso: NO MATARÁS. Pedimos a las fuerzas de seguridad y a la fiscalía que sean identificados y sometidos a la justicia los responsables de estos horrendos crímenes”, reza un comunicado de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).
Los obispos, además, realizan una exhortación a las autoridades y a la ciudadanía a “promover con valentía y coherencia el respeto a la institucionalidad, a las leyes y la Constitución de nuestro país para que vivamos en un ambiente de paz y seguridad”.
A diferencia de los habituales comunicados de los obispos, esta vez los integrantes de la Conferencia Episcopal invitan a los creyentes y no creyentes a sumarse a un gesto común por la paz. Está caracterizado por jornadas de ayuno, oración y simbolismo.
El retorno de una manifestación
El secretario general de la CEP, monseñor Amancio Benítez, recordó en comunicación con Aleteia que en la época de la dictadura de Alfredo Stroessner, la Iglesia impulsaba procesiones de silencio y otros tipos de gestos comunes como un modo de protesta ante situaciones que atentan contra la libertada de las personas y el Evangelio.
“Yo recuerdo que aún era un niño, pero siempre la Iglesia ha acompañado a la ciudadanía en los tiempos difíciles, les ha instado a que no se callen y a que se manifiesten ante la violencia activa. Uno debe manifestar su disconformidad por lo que no está bien, pero no apelando a la violencia”, recordó.
Benítez dijo que este gesto también busca que la gente mire a su entorno y evalué su propia conducta. “Muchas veces apuntamos a los demás pero promovemos la violencia y la injusticia en los hogares y la comunidad”, mencionó.
“Si uno se queja contra los robos, pero, a su vez compra de los delincuentes los objetos robados, se convierte en cómplice”, ejemplificó.
Los gestos comunes por la paz
El obispo paraguayo comentó que los integrantes de la CEP han analizado la situación que atraviesa el país por lo que se decidió elaborar el comunicado por el cual se condena el asesinato del fiscal Marcelo Pecci y el atentado contra el jefe comunal de Pedro Juan Caballero.
“Hemos visto que esta vez se hizo necesario impulsar este gesto común para manifestar nuestra comunión y expresar nuestro apoyo para las personas que luchan por el bien. Pareciera que el mal y la violencia se está apoderando del país y por ello este tipo de acciones de la Iglesia son importantes para que la gente de bien no se sienta sola”, explicó.
Los obispos invitan a la ciudadanía a que este viernes 20 de mayo realicen una jornada de ayuno como una expresión de arrepentimiento y de conversión interior. “Esta es una práctica religiosa que nos une en la fe”, dijo el Amancio Benítez. “Jesús dijo ´ustedes ayunarán cuando no me tengan con ustedes´ y pareciera que él no ha resucitado en nuestros corazones”, agregó.
“Las manifestaciones de muerte de muerte, violencia, miedo y oscuridad, son manifestación de la ausencia del resucitado. Necesitamos de verdadera conversión interior”, deseó el integrante de la CEP.
Para el sábado 21 de mayo, se invita a las personas a que enciendan una vela en sus hogares como símbolo de luz y bien. “El mismo Cristo se identifica como luz del mundo. La muerte y violencia es signo de falta de luz”, refirió.
Para dar cierre a las jornadas de gesto común, la Iglesia paraguaya invita a la ciudadanía a que el domingo 22 de mayo porten un pañuelo blanco o coloquen banderas del mismo color en sus autos y hogares. “La bandera blanca es un símbolo de paz y la fuente de la paz siempre es Dios”, explicó.
El crimen organizado cobra fuerza
El asesinato de Pecci durante su luna de miel en Colombia es interpretado como un mensaje del crimen organizado y se da en respuesta a las exitosas investigaciones que el funcionario realizaba contra estos grupos criminales.
Cuando aún no se terminaba de digerir la noticia del crimen del reconocido fiscal paraguayo, que se produjo el 30 de mayo, sicarios atentaron contra el intendente de Pedro Juan Caballero en la frontera seca con el Brasil.
El jefe comunal se encentraba en estado delicado tras recibir al menos siete impactos de bala. Él forma parte de una familia que tradicionalmente ha denunciado la forma en que opera el crimen organizado entre Paraguay y Brasil.
La zona de Amambay, al norte de Paraguay, es considerado como territorio fértil por grupos criminales como el Primer Comando Capital (PCC), uno de los más sanguinarios de la región.
Pecci llevaba adelante varias investigaciones vinculadas a este grupo y una de las presunciones es que estos pudieron haber ordenado su muerte.
Para el ministro del Interior de Paraguay, Federico González Franco, el crimen organizado “ha cruzado una nueva línea” con estos nuevos hechos de violencia que afectan a autoridades. El Gobierno de Paraguay le ha declarado la guerra a estos grupos y dispuso la militarización de la frontera con el Brasil.
Durante los últimos años, el PCC y otros grupos criminales han extendido sus brazos hacia otras partes del país lo que genera temor y preocupación en la ciudadanía.