Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero de 2022, Polonia ha estado en primera línea. Como país aliado dentro de la OTAN, miembro de la Unión Europea, centro de apoyo militar; y también primer refugio para millones de Ucranianos que huyen de la guerra.
Mateusz Morawiecki, su Primer Ministro, es muy activo a nivel internacional. Así volvió a ocurrir, en las cumbres extraordinarias de la OTAN y la Unión Europea del jueves 24 de marzo en Bruselas.
Este también fue el caso en particular el 16 de marzo de 2022, cuando emprendió un largo y arriesgado viaje a Ucrania, en compañía de Peter Fiala y Janez Jansa, primeros ministros checo y esloveno respectivamente en Kiev, para reunirse con Volodymyr Zelensky. Al presidente ucraniano le hizo esta promesa: "Nunca te dejaremos solo".
En exclusiva para Aleteia, el primer ministro polaco explica lo que se juega en esta visita y su visión de la estrategia común europea a adoptar ante la guerra declarada por Putin "no sólo a Ucrania sino a todo Occidente".
– En su opinión, ¿es la guerra de Putin contra Ucrania también una guerra contra Occidente?
Sí, por supuesto. Vladimir Putin ha declarado la guerra, no solo a Ucrania, sino a todo Occidente. Ucrania es un país más entre todos los ya atacados por Rusia, como Georgia en 2008. También hay que recordar las acciones armadas de Vladimir Putin, sus soldados y sus mercenarios en Chechenia, Siria, Libia, en Malí… Todo ello amenaza la paz mundial.
Hoy, Ucrania lucha por su libertad, pero también defiende los valores europeos más importantes. El orden posterior a la Guerra Fría en Europa, que fue co-creado por Occidente, se está desmoronando ante nuestros ojos. No en vano Finlandia y Suecia están revisando su política de adhesión a la OTAN.
– ¿Teme que el conflicto se extienda a Polonia y otros países?
Este riesgo existe, especialmente si no ponemos fin a la agresión rusa hoy y ayudamos a Ucrania a defenderse. Lituania, Letonia y Estonia sienten la presión constante de Rusia. Como Moldavia, así como los países del Cáucaso y Asia Central.
Sin embargo, creo que la OTAN defenderá a cada país de cualquier ataque, de acuerdo con las garantías que han repetido los actores más importantes de la alianza, y en particular la Casa Blanca.
– Polonia se movilizó muy rápidamente para recibir a los refugiados de Ucrania. Esta es una efusión humanitaria sin precedentes. ¿De dónde viene esta movilización de los polacos?
Desde una perspectiva global, nos enfrentamos a la mayor ola de refugiados desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
La movilización de Polonia y del pueblo polaco se deriva de las grandes tradiciones de Solidarnosc (movimiento popular contra el régimen comunista en la década de 1980, nota del editor) y del sentido histórico de responsabilidad que sentimos hacia nuestros vecinos que son víctimas de la agresión criminal rusa.
En gran medida, Solidarnosc fue un movimiento espontáneo y popular representado por esta unión, en un país comunista esclavizado por los soviets. Fue una de las páginas más bellas de la historia de Polonia. Su espíritu sigue vivo, y hoy el pueblo polaco lo demuestra no solo con palabras sino también con hechos: aceptando acoger refugiados, compartiendo lo que tienen con ellos y enviando ayuda humanitaria desde las primeras horas de la guerra.
– La afluencia de refugiados no va a disminuir. ¿Puede Polonia albergar a millones de personas? ¿Cómo los apoyará?
Polonia ya ha hecho algo notable, aceptando a más de 2 millones de refugiados en un mes. Esto no hubiera sido posible sin el trabajo eficiente del gobierno, las comunidades locales y sin la gran generosidad de toda la sociedad polaca.
El gobierno polaco ha preparado herramientas muy efectivas de apoyo financiero y no financiero, tanto para los refugiados como para los polacos que los ayudan. Reaccionaremos con flexibilidad a la situación. Nuestro objetivo es ayudar a los ucranianos que huyen de las bombas de Putin.
– ¿Puede Polonia servir de mediador en la resolución del conflicto?
Yo diría que ningún país se esfuerza más que Polonia por poner fin a este conflicto, al tiempo que exige las sanciones más severas posibles, las únicas capaces de detener la maquinaria de guerra del presidente ruso.
Lo decimos claramente: son necesarias sanciones fuertes. Esto significa, sobre todo, un embargo total sobre el petróleo, el gas y el carbón rusos. Esta es la única forma de cortar el dinero de Rusia y detener la maquinaria de guerra de Vladimir Putin.
– ¿Qué papel puede jugar el Papa Francisco en este conflicto?
La oración y la postura moral inequívoca del Papa Francisco son cruciales para los católicos de todo el mundo que ven los efectos de este ataque criminal todos los días en los medios.
También debemos recordar que hoy el Kremlin está dirigido por un ex coronel de la KGB. Y la KGB tiene su propio historial infame en su lucha contra el catolicismo y la Iglesia.
Si nos remontamos a la historia de Polonia, lo cierto es que las enseñanzas de Juan Pablo II contribuyeron a abrir un nuevo capítulo entre polacos y ucranianos. En cuanto al movimiento Solidarnosc, estaba firmemente enraizado en la doctrina social de la Iglesia. Él moldeó moralmente a nuestra nación.
La actitud actual de Polonia hacia Ucrania y de los polacos hacia los refugiados ucranianos es también herencia de Juan Pablo II y de Solidarnosc.
– ¿Cómo ve Europa dentro de 10 años? ¿Con qué Europa sueña?
Europa debe ser más fuerte, más unida en la defensa de sus valores fundamentales, que derivan del núcleo cristiano del proyecto europeo. La dignidad de la persona humana, la libertad, la igualdad entre las personas y los Estados, estos son los valores en los que debemos basarnos.
Sueño con una Europa de las patrias que sea fuerte gracias a la fuerza de sus Estados-nación y de su tradición cristiana, capaz de afrontar los desafíos de nuestro tiempo. Ucrania también debería ser un miembro importante de esta Unión Europea.
– ¿Cómo concilia el ejercicio de las más altas funciones estatales con la fe cristiana?
Para mí, no hay contradicción entre los dos. Por el contrario, son la fe y los valores cristianos los que brindan apoyo en el ejercicio del servicio público, en los momentos más difíciles como el que estamos viviendo en estos momentos.
Hoy nos enfrentamos a un gran mal. Una fe fuerte, la moral, los valores que defendemos, todo eso nos da la fuerza para luchar por defender lo que constituye nuestra identidad.
– ¿Hay algún santo o pensador cristiano que le inspire particularmente en este momento?
Es en San Miguel Arcángel, el santo patrón de Ucrania, en lo que pienso más a menudo en estos días. Una gran columna con una estatua de San Miguel domina la Plaza de la Independencia en Kiev. Es el símbolo de la lucha victoriosa contra el mal y también es el santo patrón de los soldados.
Todos rezamos y creemos profundamente que Ucrania, al igual que San Miguel Arcángel, vencerá al dragón ruso.