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El papa Francisco habló del espíritu del mundo, la mundanidad espiritual, que es una cultura de lo efímero, que no conoce la fidelidad, no tolera la cruz y quiere destruir la Iglesia. Dijo que sólo la fe en Cristo muerto y resucitado supera la mundanidad
Francisco presidió la Misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta. En su introducción, dirigió su pensamiento a quienes realizan los servicios de sepultura de los muertos:
En su homilía, el Papa comentó el Evangelio en el que Jesús dice a sus discípulos:
El espíritu del mundo
Jesús –dijo Francisco– muchas veces habla del mundo, habla del odio contra Él y sus discípulos.
Y reza al Padre para que no se lleve a los discípulos del mundo sino para que los defienda del espíritu del mundo. El Papa se preguntó:
La mundanidad mata
"Jesús, en la Parábola de la semilla que cae en la tierra, dice que las preocupaciones del mundo", o sea la mundanidad, sofocan la Palabra de Dios, y no la dejan crecer.
Francisco citó un libro del Padre de Lubac en el que se refiere a la mundanidad espiritual, afirmando "que es el peor de los males que le puede suceder a la Iglesia; y no exagera" describiendo "algunos males que son terribles".
La mundanidad espiritual "es una hermenéutica de vida, es un modo de vivir; es también una forma de vivir el cristianismo. Y para sobrevivir ante la predicación del Evangelio, odia y mata".
El Papa habló de los mártires, asesinados por odio contra la fe, si bien no son la mayoría. La mayoría son asesinados por la mundanidad que odia la fe.
La única medicina contra el espíritu mundano
La mundanalidad –observó Francisco– no es superficial, sino que tiene "raíces profundas" y es "camaleónica, cambia", según las circunstancias. Pero la sustancia es la misma: una propuesta de vida que entra en todas partes, incluso en la Iglesia".
El Papa recordó asimismo el discurso de Pablo en el Areópago de Atenas, cuando llama la atención al hablar del "dios desconocido" y comienza a predicar el Evangelio:
El Apóstol Juan dice que "la victoria contra el mundo es nuestra fe". La única victoria es la fe en Jesucristo, muerto y resucitado".
"Y esto no significa ser fanáticos", dejar de dialogar con todas las personas, sino saber que la victoria contra el espíritu mundano es nuestra fe, el escándalo de la Cruz.
"Pidamos al Espíritu Santo" –fue la oración conclusiva del papa Francisco– en estos últimos días del tiempo pascual, "la gracia de discernir lo que es mundano de lo que es del Evangelio y no dejarnos engañar, porque el mundo nos odia, el mundo odió a Jesús y Jesús rezó para que el Padre nos defendiera del espíritu del mundo".
Invitación del Papa a hacer la Comunión espiritual:
Francisco concluyó la celebración con la adoración y la bendición eucarística. Y antes de salir de la capilla dedicada al Espíritu Santo, se cantó la antífona mariana "Regina caeli" de este tiempo pascual:
Regína caeli laetáre, allelúia.
Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia.
Ora pro nobis Deum, allelúia.