Santa Rosa de Lima, protagonista de la cultura religiosa argentinaA diferencia de la Iglesia universal, en la Argentina, como en gran parte de Hispanoamérica, Santa Rosa de Lima es celebrada los 30 de agosto. Muchos asocian por estos pagos su figura a una tormenta, que suele desatarse con furia en torno a esa fecha. Pero la santa terciaria dominica tiene un vínculo especial que va mucho más allá de la coincidencia con el fenómeno meteorológico de la Tormenta de Santa Rosa.
Es que cuando la Argentina aún no era tal, los diputados del Congreso de Tucumán que firmaron su Independencia pusieron bajo el patronazgo de la primera santa americana la recién firmada independencia argentina. Fue el 14 de septiembre de 1816, por impulso del congresista sanjuanino Fray Justo Santa María de Oro, dominico. No fue la única contribución de la Orden de los Predicadores al camino del andar independiente argentino, ya que los dominicos fueron decisivos por su apoyo desde los conventos a los ejércitos del Norte y de los Andes.
La casa natal de fray Justo Santa María en San Juan de hecho termina siendo un colegio que justamente lleva el nombre de la Patrona de América. Así lo quiso él y lo dispuso antes de su muerte, aunque no logró llegar a verlo concretado. Su anhelo era la creación de un convento de religiosas dominicas y un colegio gratuito para niñas. Fue su sobrino, quien luego sería presidente de la Nación, Domingo Faustino Sarmiento, quien cumplió su sueño y fundó formalmente el Pensionado de Santa Rosa para Señoritas. Él mismo fue Director de Estudios y la hermana de Fray Justo rectora.
Aunque tras el segundo exilio de Sarmiento el colegio fue cerrado, al tiempo fue reabierto y sobrevive hasta hoy, aunque en 1944, tras un terrible terremoto, tuvo que ser reconstruido. Este año, el colegio Santa Rosa de Lima de San Juan celebró sus 180 años. Un lujo, teniendo en cuenta el honor de haber sido soñado por un prócer de la Independencia y fundado por un ex presidente.
La devoción a Santa Rosa de Lima está presente en gran parte de este país sudamericano, y ha llevado a que a lo largo de la historia se encomienden a ella numerosos templos. Entre ellos, algunos de notable valor histórico y arquitectónico.
Entre los primeros, se destaca la vieja capilla Santa Rosa de Lima en Calamuchita, Córdoba, fundada en 1784 por el padre Pedro Vicente Peñalosa, infaltable en el recorrido turístico por el Valle de Calamuchita, hoy sede de un museo Histórico y de Arte Religioso. Y entre las segundas, más reciente, la Basílica de Santa Rosa de Lima, en el barrio porteño de Balvanera.
Entre las particularidades que distinguen a la Basílica de Santa Rosa una de ellas remite a sus orígenes, y es que fue bendecida por el cardenal Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII, presente en Buenos Aires para el Congreso Eucarístico Nacional. Se trata de un templo de estilo románico-bizantino, basado en la catedral de Saint Front de Perigueux, Francia, según explicaba el arquitecto del proyecto Alejandro Christophersen. Fácilmente distinguible por las tejas de cobre de sus cúpulas y sus muros externos de ladrillo, el interior se destaca, entre otras cosas, por el juego de colores de los distintos tipos de mármol utilizados para columnas, pisos y el altar.
Para quienes gusten de estilos arquitectónicos más modernos, la catedral de Santa Rosa, en La Pampa, ofrece una fachada distinta, con catorce hexágonos que representan a los doce apóstoles, a Nuestro Señor Jesucristo y a la Virgen María.
Santa Rosa de Lima, protagonista de la cultura religiosa argentina. Por historia y presente.
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