Los medios de comunicación no informan de cómo los defensores de la vida respetan, atienden y prestan su apoyo a las mujeres que se han planteado abortar ante un embarazo no deseado “Están todos aquí para publicar cualquier cosa que diga que pudiera ser polémica, que pudiera vender periódicos, pero semana tras semana hago la misma promesa, que las instituciones de la archidiócesis de Nueva York ayudarán a cualquier mujer con un embarazo no planeado (…) y ustedes nunca publican eso (…), ustedes dicen que odiamos a las mujeres (…) pero nunca jamás hablan de nuestro compromiso de misericordia (…)”.
Son palabras del cardenal O’Connor pronunciadas en 1990. Recientemente las recogió el padre Veras en su homilía de la Vigilia de Oración por la Vida oficiada en la catedral de San Patricio de Nueva York. Era la víspera de la aprobación de la “Reproductive Health Act”, la llamada “ley de salud reproductiva” que el 22 de enero de 2019 ampliaba la legalidad del aborto en Nueva York.
Es cierto que estas palabras siguen siendo igual de válidas porque, a día de hoy, son muchos los defensores del aborto quienes ignoran o quieren ignorar cómo los movimientos pro vida ayudan a las mujeres que se encuentran en una difícil situación ante un embarazo no deseado y se plantean abortar. La omisión de los medios de comunicación relacionada con esta importante labor asistencia es en parte la causante de este “ignorancia”.
Por eso hoy, en Aleteia, nos gustaría mostrarte qué es lo que se omite de las acciones de quienes defienden la vida desde su concepción. Abre esta galería fotográfica para ver algunas de las imágenes más hermosas que representan la verdad del movimiento provida:
La realidad es que hay miles de proyectos solidarios que apoyan a las mujeres que afrontan un embarazo no previsto y a quien sufren las consecuencias del aborto. Un esfuerzo este que no solamente se interesa por la mujer durante su embarazo, sino que también ofrece cobijo, consuelo, educación y formación profesional con la intención de empoderar a la mujer y ayudarle a salir adelante con éxito. Son proyectos llenos de esperanza ante el futuro.
Aquí hay algunos ejemplos de estos esfuerzos:
Un lugar seguro
En 1985, Christopher Bell y el sacerdote Benedict Groeschel, CFR, fundaron Good Counsel Homes, que ofrece un techo, cuidados y apoyo a madres embarazadas y a sus hijos. Allí encuentran un hogar. Good Counsel cuenta ya con cinco centros de acogida en el área triestatal de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, desde donde ayuda a incontables mujeres a construir una nueva vida por sí mismas. Les ofrecen un entorno estable para cimentando su camino hacia un futuro más brillante tanto para ellas como para sus hijos.
Un carisma de vida
El 1 de junio de 1991, gracias a los esfuerzos del cardenal O’Connor, ocho mujeres entraron en una comunidad recién formada que fue el origen de las Hermanas de la Vida (Sisters of Life), una comunidad de hermanas que, además de profesar los votos tradicionales de castidad, pobreza y obediencia, asumen el cuarto voto de proteger y realzar la sacralidad de la vida humana.
En su convento del Sagrado Corazón de Jesús, reciben a mujeres que afrontan embarazos no planificados y suministran un entorno de afecto y apoyo a lo largo del embarazo y cuando ya tienen a sus bebés en brazos. En su Misión de Visitación ayudan a las mujeres aconsejándoles ante situaciones especialmente difíciles provocadas muchas por la adicción a las drogas o al alcohol.
Feminismo auténtico
Desde sus humildes inicios en 1973, Feminists for Life of America ha abogado por un mejor entorno societal y cultural para las mujeres. Se basan en la defensa de la auténtica feminidad y maternidad, siguiendo el ejemplo de antiguas feministas estadounidenses como Susan B. Anthony, que se oponían al aborto.
Esperanza y curación
La campaña Silent No More Awareness Campaign, fundada por Janet Morana y Georgette Forney en 2002, es un esfuerzo de sensibilización a nivel internacional sobre los efectos devastadores que ha causado el aborto en la vida de muchísimos hombres y mujeres. Con esta iniciativa ofrecen a quienes han pasado por un aborto una comunidad donde recibirán los apoyos necesarios para su sanación interior. Y es que el grupo de mujeres heridas por el aborto está en constante aumento.
Estos ejemplos solo representan un pequeño fragmento de los miles de esfuerzos y compromisos que se realizan en todo Estados Unidos y en el mundo para arropar, amar y cuidar con compasión a las mujeres que han tenido un embarazo no planeado o han sufrido las consecuencias del aborto..
La triste realidad es que la misma sociedad y la misma cultura que hacen esta acusación de insensibilidad hacia las mujeres son las mismas que han dado la espalda a las mujeres en duros momentos de necesidad y les han ofrecido el aborto como la única alternativa a su problema.
Si hubiera que describir a la comunidad provida con una única palabra, sin duda sería esta: amor. Amor a la mujer, amor al hijo, amor a la vida.