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Las noticias de estatuas que lloran saltan a los titulares todos los años, atrayendo miles de cristianos que buscan pruebas de lo divino. Muchos ven su fe restaurada y encuentran paz y consuelo en estos supuestos milagros.
¿Son milagrosas las estatuas que lloran?
Como con las apariciones de la Santísima Virgen María, a los católicos no se les exige creer en ninguna estatua que llore, en revelaciones privadas ni en acontecimientos milagrosos, ni siquiera los aprobados.
Quizás estén aprobados por la Iglesia para devoción local o universal, pero no son parte del “depósito de la fe”.
Sin embargo, la Iglesia no deja de investigar todos los supuestos milagros para determinar si, en efecto, son algo de “origen divino” o bien el resultado de un proceso natural o, en algunos casos, un fraude que alguien ha creado para atención personal.
El obispo local inicia una investigación que conduce un equipo de científicos y expertos que pueden descartar o confirmar las causas naturales. Además, se consulta a teólogos para estudiar los sucesos y ver si existe alguna conexión espiritual.
Análisis científico
Michael O’Neill, el “Cazamilagros”, explicó a Catholic News Agency algunos de los pasos que suceden entre bambalinas:
Se recogen las lágrimas y se analizan para ver si son humanas (en algunos casos falsos se ha encontrado incluso grasa de cerdo) y las estatuas pueden ser radiografiadas para descartar cualquier mecanismo interno usado para imitar fraudulentamente el flujo lacrimal (…) Algunos iconos llorosos han resultado tener causas naturales: condensación o goteras en conductos en la pared de detrás de ellos. En muy raras ocasiones, no se ha encontrado ninguna explicación para estas lacrimaciones (lágrimas), así que son dignas de creencia como milagrosas.
A diferencia de la mayoría de apariciones marianas aprobadas, las estatuas que lloran y son consideradas “milagrosas” normalmente no tienen un mensaje específico.
Los fieles cristianos estamos invitados a interpretar desde la oración los acontecimientos por sí mismos.
En muchos casos, el mensaje oculto se conecta con un suceso reciente y algunos consideran en el momento del milagro que Dios invita al mundo a hacer penitencia y reconciliarse con Él.
Para otros, el mensaje es más personal y es una manifestación pública del amor que Dios o la Virgen María sienten hacia ellos.
Sea cual fuere el caso, las estatuas que lloran siempre se tratan con escepticismo en la Iglesia hasta que se pueda demostrar su veracidad.