Para hablar de autocontrol, primero mencionaremos la influencia de las marcas en los niños y como juegan con su autocontrol. Apple enseña a nuestros hijos que pueden tener imágenes, conocimiento y experiencias cada vez que quieran.
Nintendo les enseña que los juegos son misiones inmediatas en un mundo exótico. Los parques de diversiones les enseñan que hay emociones inimaginables a un ticket de entrada de distancia.
Los caramelos y comida chatarra les enseñan que siempre hay dulces baratos disponibles. Pero ¿quién se dedica a enseñar a nuestros hijos el valor de la espera y de la gratificación retrasada? ¿Y qué importancia tiene este hecho?
Un dulce y entusiasta estudio
A principios de la década de 1960, Walter Mischel y sus colegas empezaron con una idea sencilla. Desarrollaron un estudio en el que ofrecían dos opciones a niños de 4 años: puedes comer un malvavisco ahora, o, si puedes esperar hasta que volvamos, puedes comer dos malvaviscos.
Entre 10 y 15 años más tarde, esos mismos niños fueron evaluados según múltiples factores. Los resultados fueron asombrosos. Cuanto más esperaban los niños por los dos malvaviscos, más probable era que sus padres les calificaran de ser más atentos, competentes, organizados, entusiastas, optimistas e inteligentes.
En su seguimiento como adultos, resultó que quienes retrasaron el momento tuvieron matrimonios mejores, mejor salud, mayor satisfacción laboral y mejores hábitos financieros.
¿Cómo fomentar el autocontrol en un niño?
El grupo Mind in the Making empleó estas 7 habilidades esenciales como plantilla para ofrecer ideas al educar en el autocontrol:
1Concentración y autocontrol
Usa actividades sencillas (por ejemplo, leer un libro, jugar con bloques, hacer un rompecabezas) para enseñar a los niños cómo jugar con objetos que no les dan ninguna respuesta, sino que requieren curiosidad y atención.
2Toma de perspectiva
Cuando quiere algo ahora - o algo que tiene otra persona- asegúrate de enseñarle (a su nivel) la importancia de esperar y entender que todo el mundo tiene necesidades también.
3Comunicación
Enséñales que no se les puede prestar atención inmediata en todo momento y en todas las situaciones. A veces quizás tengan que esperar, sobre todo si los adultos están hablando. Incluso obligarles a ser pacientes durante unos segundos antes de una respuesta puede ayudarles a entender que hay unos límites convenientes.
4Establecer conexiones
Esto es crucial para el aprendizaje: aprender las similitudes y las diferencias y clasificarlas en categorías. Esto no ocurre si no aprenden a gestionar la frustración y los errores. Edúcales a perseverar durante problemas difíciles, a llevar bien la decepción y no evitar situaciones inmediatamente porque sean difíciles o aburridas.
5Pensamiento crítico
La clave es educar a los jóvenes a ser pacientes con las tareas. La frustración no tiene que asentarse cuando el aprendizaje a base de intento y error no funciona la primera vez.
Los niños pueden aprender a tomarse una pausa y respirar hondo un par de segundos antes de intentarlo de nuevo. Los padres pueden enseñar paciencia en el pensamiento crítico.
6Asumir desafíos
Los padres pueden reforzar esta habilidad al reconocer que alguna tarea puede ser difícil. Enseñar a los niños a incluso dedicar unos pocos segundos a pensar antes de dar el próximo paso.
Cuando algo no funciona a la primera, todavía se puede mostrar entusiasmo por un buen intento. No debería evitarse de inmediato que los niños participen en desafíos razonables solo porque sean difíciles.
7Aprendizaje activo y autodirigido
Ofrece juegos sencillos y oportunidades que animen al niño a ser creativo, como plastilina, Lego y otros juguetes de construcción. Crea zonas exteriores con areneros, áreas abiertas e incluso espacios en el jardín diseñados para estimular la curiosidad del niño o niña.
Recompensa sus intentos de probar cosas nuevas. Aprende a dejarles solos regularmente o con otros niños para que exploren por su cuenta.