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En un estudio realizado con el fin de analizar el impacto de la música clásica se detallaron los efectos que tienen los diferentes tipos de música sobre los diseños que forma el agua congelada. La música clásica generaba una formación de cristales de agua parecidos a los copos de nieve. La música rock, por el contrario, causaba que el agua se congelara en patrones desiguales y agrietados.
Si este efecto tiene la música sobre el agua, imagina el impacto que podría tener en ti. Después de todo, muchas de las canciones modernas y pegadizas, no incluyen letras precisamente bonitas.
Gran parte de los mejores compositores clásicos atribuían el origen de sus obras maestras a su adoración a Dios. Johann Sebastian Bach dijo una vez:
El propósito y final último de toda música no debería ser ningún otro más que la gloria de Dios y la revitalización del alma".
La música clásica, ofrece a los que la escuchan una buena lista de beneficios, tanto físicos como psicológicos. Conoce algunos de ellos:
1Estimula la capacidad cerebral y la creatividad
Craig Ballantyne, editor del sitio web de superación personal Early to Rise, explica el "efecto Mozart" como el resultado mental de escuchar música clásica, en especial las obras de Mozart.
"En una investigación controlada de la Universidad de California, los estudiantes que escucharon 10 minutos de Mozart antes de hacer un examen obtuvieron mejores notas que los estudiantes que no lo hacían", explica Ballantyne.
También hacía referencia a un estudio de la Universidad de Washington, en el que se aseguraba que los editores de textos que escuchaban clásica mientras trabajaban, se percataban de un 21% más de errores.
2Mejora la apreciación de la música
Albert Einstein llegó a comentar con mucho acierto que la música de Mozart era "tan pura que parecía haber existido en el universo desde siempre, esperando a ser descubierta por su dueño".
3Tiene propiedades curativas
Si el sonido de la música clásica genera la formación en el agua de elegantes cristales de hielo, es inevitable plantearse lo que puede hacer por nuestros cuerpos, compuestos en un 70 % de agua.
El director del estudio -el doctor Masaru Emoto- considera la energía como "vibraciones que atraviesan la materia". Estas vibraciones incluyen las ondas sonoras de la música, que pueden afectarnos de variadas maneras. El doctor Emoto se refiere a las vibraciones como hado.
Ofrece varios ejemplos sobre piezas clásicas concretas y sus efectos curativos, empezando por Die Moldau, de Bedrich Smetana. De forma evidente, el hado de esta obra activa los tejidos linfáticos corporales. De manera similar, el Danubio azul de Johann Strauss II puede revitalizar el sistema nervioso central, según los descubrimientos del doctor Emoto.
4Actúa como reductor del estrés
El sitio web de salud mental PsychCentral informa que la música clásica "puede tener un efecto beneficioso en nuestras funciones fisiológicas, reduce el pulso y el ritmo cardiaco, reduce la presión sanguínea y disminuye los niveles de hormonas del estrés".
Por ello, también se recomienda que los pequeños escuchen música clásica, ya que los calma y les ayuda a su capacidad de concentración.
5Ayuda a expresar las emociones
La Universidad Metodista del Sur, en Texas, llevó a cabo un estudio en el que se pedía a 85 individuos que reflexionaran en voz alta sobre la experiencia vital más significativa que hubieran tenido.
Los participantes en cuya entrevista se reprodujo música clásica de fondo resultaron ser más expresivos y detallados en su expresión. Esto es debido a que la música clásica es un "excitante cognitivo y, por ello, también emocional", concluye el estudio.
¿Tienes problemas a la hora de articular tus sentimientos? Prueba escuchar algo de Mozart o Beethoven para ayudarte a expresar lo que tienes en tu interior.
El gusto de la sociedad en cuestiones musicales es siempre cambiante, en especial cuando los avances tecnológicos van dejando obsoleto el virtuosismo instrumental. Sin embargo, siguen existiendo pocas cosas tan preciosas como escuchar una pieza de música clásica sonando con esos instrumentos atemporales que resuenan en lo más íntimo de nuestro ser.