Nacido en Steißlingen, hay constancia documental de que, entre los años 1141 y 1146, Ernesto fue abad del monasterio benedictino de Zwiefalten, situado en la región de Wurttemberg (actualmente en Alemania).
En 1147 se convocó la II Cruzada de la cristiandad después de que el Imperio Bizantino recuperara el condado de Edesa (en la actual Turquía), que había sido ocupado anteriormente en la I Cruzada.
Ernesto renunció al cargo eclesiástico (que debía ejercer al menos por 5 años) para ir a la batalla bajo el mando del emperador Conrado III.
Cuando se despidió de la comunidad de benedictinos, dijo: “Creo que no volveré a veros en esta tierra, pues Dios me concederá que vierta mi sangre por Él. Poco importa la muerte que me reserva, si me permite sufrir por el amor de Cristo”.
Así fue: encontró la muerte en la guerra. Falleció, según la leyenda, en La Meca en 1148.
Oración
Dios Todopoderoso:
Que como que el santo abad mártir Ernesto -que dejándolo todo te siguió y predicó tu nombre sin temor- sepamos anunciar tu reino con la fuerza de tu gracia y la valentía que diste a tus mártires.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.