Francisco de Jasso y Azpilicueta nace el 7 de abril de 1506 en el castillo de Javier (Reino de Navarra) en el seno de una familia de rancio abolengo.
Su padre era doctor en Derecho Civil y eclesiático por la Universidad de Bolonia, y gozaba de prestigio en negociaciones políticas. Su madre poseía casa solariega en el valle de Baztán y era heredera de Javier.
Grandes amigos
Viaja a París para estudiar en la Universidad de la Sorbona. Allí conoce a Íñigo de Loyola (san Ignacio), fundador de la Compañía de Jesús, quien en principio no congenia con él pero acabará por influirle decisivamente y se convertirá en su gran amigo.
Hace los votos como jesuita en 1534 todavía en Francia pero se traslada a Roma y trabaja varios meses como secretario de san Ignacio. Es ordenado en Venecia en 1537.
“Apóstol de las Indias”
Por un acuerdo entre Juan III, rey de Portugal, y el papa Pablo III, Francisco Javier se dispone a viajar a Oriente, como parte del plan del Reino de Portugal para extender sus colonias.
Antes está un año en la corte portuguesa para aprender su lengua y su cultura, lo que hará que el rey confíe plenamente en este hombre, que da muestra de inteligencia, bondad y prudencia.
En 1542, embarca hacia Goa (India) como legado papal y nuncio, pero al mismo tiempo Juan III lo quiere para dar estabilidad a los nuevos territorios de su reino. Francisco hace de ello instrumento no para gloria personal sino para desarrollar una intensísima labor apostólica.
Del puerto de Goa viaja por todo el sur de la India y va a Ceilán (hoy Sri Lanka), Malabar, Trabancor y Mediapur. Sigue por Malaca, las islas Amboino, Cerán, Ternate, Tidoro y las islas del Moro.
Imparte el catecismo, crea comunidades de cristianos que atenderán futuros misioneros…
Con la mirada en Japón y China
En 1549, alcanza Japón. Llega a Kagoshima y aprende japonés para llevar el Evangelio a sus gentes. Allí estará dos años.
Navega hacia la isla de Sancián (Shuangzhong) con el propósito de evangelizar China. Sin embargo, allí cae enfermo de pulmonía y muere. Es el 3 de diciembre de 1552.
San Francisco Javier fue canonizado el 12 de marzo de 1622 junto con san Ignacio de Loyola, san Felipe Neri, santa Teresa de Jesús y san Isidro Labrador.
El cuerpo incorrupto de san Francisco Javier se venera en la iglesia del Buen Jesús, en Goa, y es un punto de referencia para los cristianos de Oriente por la estela que dejó a su paso en aquellos países.
Santo patrono
San Francisco Javier es patrono de las misiones en Oriente y copatrono universal de las misiones católicas junto con santa Teresa de Lisieux.
Oración de san Francisco Javier a las Cinco Llagas de Cristo*
“Señor mío Jesucristo, en cuya mano están todas las cosas, y no hay nadie que pueda resistir vuestra voluntad, que os habéis dignado nacer, morir y resucitar: por el misterio de vuestro Santísimo Cuerpo, y por las cinco llagas, y el derramamiento de vuestra preciosísima sangre, compadeceos de nosotros, como vos sabéis lo necesitamos en nuestras almas y en nuestros cuerpos; libradnos de las tentaciones del demonio y de todo lo que veis que nos aflige; y conservadnos y fortalecednos hasta el fin, en vuestro servicio, y dadnos una verdadera enmienda, y espacio de verdadera penitencia, y el perdón de todos los pecados después de la muerte; y haced que amemos a nuestros hermanos, hermanas, amigos y enemigos; y que con todos los santos gocemos eternamente en vuestro reino, que con Dios Padre y el Espíritu Santo vivís y reináis, Dios por los siglos de los siglos. Amén.”
*Atribuida a san Francisco Javier.
Hoy celebramos a...