Ideas prácticas para guiar en Adviento a la familia en el camino espiritual que nos llevará a celebrar la NavidadEl Adviento no empezará hasta dentro de algunos días, pero es importante pensar de ahora en adelante la manera en que vamos a aprovechar esos días previos a la Navidad.
Mientras los supermercados llenan sus estanterías con juguetes y chocolates, ¿cómo ayudar a los niños a tener paciencia hasta Navidad?
Para guiarles y hacer del Adviento lo que realmente es, un camino de interioridad y de conversión, aquí hay 10 formas de preparar concretamente sus corazones para la venida de Jesús.
Un itinerario que recorrer paso a paso, desde el primer domingo de Adviento al 24 de diciembre.
Pon una corona de Adviento
Prepara la casa para la llegada del Salvador. Pon la corona de Adviento en lugar visible de la casa. Esta de Blessings nos anima a decir “Ven Jesús ven” y centrar el corazón en lo importante.
La corona de Adviento forma un círculo, símbolo de la Vida eterna y del regreso de Cristo. Cada domingo, enciendan una vela adicional a la hora de desayunar y entonen el ángelus. La llama brillante recordará que esperamos a Jesús, “la luz del mundo (…), la luz de la vida” (Jn 8,12). Cuidado con no dejar nunca las velas encendidas demasiado tiempo, sobre todo de noche, podría declararse un incendio rápidamente.
Caminar con el calendario de Adviento
El calendario de Adviento puede transformarse en una auténtica catequesis. Este calendario de Badviento permite a los niños construir una casita por cada día del Adviento de tal manera que, dentro de ella, puede albergar, por ejemplo, un versículo bíblico o una intención que invite a rezar a lo largo de la jornada. Así, se construye un portal de belén lleno de oraciones.
Construir un portal de Belén en evolución
Antes que instalar a José y María en el establo, colóquenlos lejos y háganles recorrer lentamente los 150 kilómetros que separan Nazaret de Belén. Para acompañarles, los niños se pueden atribuir una figurita (un pastor, una oveja…) y hacerlos avanzar cada día. Un buen medio para marcar este tiempo de preparación.
Contar cuentos para prepararse para la Navidad
En la perspectiva de la Natividad, estos cuentos evocarán la espera y la búsqueda de Jesús. Aquí una selección de cuentos para navidad.
Plantar el “trigo de Adviento” el 4 de diciembre
Según una tradición de la Provenza francesa, se plantan granos de trigo (o de lentejas) en el día de santa Bárbara. Rellenen un cuenco con algodón y humedezcan regularmente los granos. Al cabo de los días, irán apareciendo unos bonitos brotes verdes, símbolos de vida y de fecundidad. Una imagen de la vida nueva que viene a darnos el Salvador.
Pensar en los más necesitados
El niño, muy sensible al sufrimiento, a menudo se siente impotente. ¿Por qué no animarle a actuar a su nivel, con delicadeza? Puede confeccionar un regalo para un mendigo y ofrecérselo, ayudar a una persona anciana con algún recado que necesite de tu ayuda…
Preparar las felicitaciones de Navidad
El Adviento marca el nuevo año litúrgico. Aprovecha este tiempo para escribir y enviar tarjetas de felicitación con un versículo bíblico o un buen deseo: “¡Que el Niño Jesús les traiga paz!”. Aprovecha para rezar por esa persona.
Cantar e interpretar la Navidad
Un desafío: preparar un concierto de villancicos a varias voces para cantarlos en Nochebuena.
Preparar la decoración de la mesa de Navidad
Los niños estarán encantados de engalanar la mesa con ángeles de papel a modo de portanombres o de velas decorativas con motivos religiosos hechos a mano (estrella, iglesia, paloma…). Estos portavelas son muy sencillos de hacer y muy originales.
Velas en la ventana
En los países nórdicos, se colocan velas en las ventanas el 24 de diciembre para guiar a los visitantes, en recuerdo de las dificultades que tuvieron María y José por encontrar posada aquella noche de la Natividad. En Lyon, Francia, ponen esta iluminación el 8 de diciembre en honor de la Inmaculada Concepción. ¡Una hermosa costumbre que extender!
Stéphanie Combe
Te puede interesar:
Más allá de la covid-19, habrá Navidad
Te puede interesar:
“¿Que no habrá Navidad?” El poema que encanta al papa Francisco