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Es evidente que nadie nace con un manual para criar hijos y ser un excelente padre de familia. A medida que los hijos crecen, los padres van aprendiendo ciertas estrategias para la educación y crianza de sus hijos.
Por otro lado, al día de hoy tenemos un gran abanico de recursos que permiten a los padres procurar el desarrollo integral de sus hijos.
Modelos de crianza

Los modelos de crianza son formas o enfoques que los padres o cuidadores utilizan para educar, relacionarse y establecer normas con sus hijos. Estos estilos influyen directamente en el desarrollo emocional, social y psicológico de los niños.
Dichos modelos tienen la finalidad de educar de manera completa y correcta a los hijos desde una temprana edad. Por lo que apostar por una crianza respetuosa ha sido el ideal de muchos padres en la actualidad.
Sin embargo, la ciencia ha investigado dichos estilos de crianza e invita a los padres a evitar algunos de ellos, puesto que, podrían perjudicar el desarrollo de los niños. Presta mucha atención, pues aquí te los damos a conocer.
1Crianza negligente o no involucrada
Según especialistas del Journal of Child and Family Studies, este es el método de crianza más dañino, ya que implica abandono físico o emocional. Las condiciones de este modelo implican darle total libertad al niño, sin estar presente en lo que hace.
Consta de una baja exigencia y baja respuesta afectiva. A los niños criados de esta forma, se les cubren las necesidades básicas, pero no se les aplican límites.
Características: poca supervisión y poco afecto, desconexión emocional con los hijos y nulo interés por las necesidades físicas o emocionales del niño.
Frase típica: "Haz lo que quieras, no tengo tiempo".
Consecuencias en los hijos: problemas emocionales y de conducta, baja autoestima, sentimiento de abandono o inseguridad.

2Crianza autoritaria
Este estilo se caracteriza por una alta exigencia y una baja respuesta afectiva de los padres. Es decir, que los niños viven una alta presión para cumplir con las exigencias de sus padres, por lo que el trato se vuelve rígido.
En esta crianza, no hay un punto medio ni flexible, se debe cumplir y alcanzar los estándares impuestos, generando miedo y resentimiento de los hijos hacia los padres.
Características: reglas estrictas y poco diálogo, se espera obediencia sin cuestionamientos, castigos frecuentes y bajo nivel de afecto o calidez emocional.
Frase típica: "Porque yo lo digo".
Consecuencias en los hijos: pueden ser obedientes, pero con baja autoestima, poca habilidad para tomar decisiones, pueden volverse temerosos o rebeldes.

3El permisivo
Aunque parece afectuoso, puede provocar falta de límites claros, lo cual también afecta el desarrollo emocional. Aparentemente, hay calidez en el trato hacia los hijos, pero al no exigirles nada, no hay expectativas en ellos.
En este modelo, los padres juegan un papel de "amigos"; de modo que se les permite hacer casi cualquier cosa, imponiendo pocas reglas. La relación es muy relajada entre padres e hijos.
Este tipo de crianza puede parecer cariñosa y normal al principio, pero después puede traer laxitud.
Características: mucho afecto, pocas reglas claras. Los padres evitan los conflictos, los niños suelen tener mucho poder en la dinámica familiar.
Frase típica: "Haz lo que quieras, solo quiero que seas feliz".
Consecuencias en los hijos: dificultad para seguir normas, baja tolerancia a la frustración, falta de autocontrol.


