Campaña de Cuaresma 2025
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Le encanta el motociclismo y sueña con montar una Yamaha R1. Su primer objetivo: su primer paseo. El siguiente: la licencia de conducir. Lena tiene 24 años, le encanta ir al gimnasio, practica senderismo y tiene debilidad por el ganchillo. Habladora y curiosa, esta joven de Troyes (Francia) que estudia recursos humanos será bautizada el 19 de abril en la parroquia de Cristo salvador. Nacida en una familia totalmente atea, buscó a Dios desde niña, pero la religión estaba mal vista en casa. "Cuando era pequeña, creía en ella, pero mi padre me obligaba más o menos a no hacerlo", confiesa. "Eres demasiado inteligente para creer en eso", le decía. "Y cuando eres pequeña", continúa, "crees a tus padres".
Pasaron los años y, cuando era adolescente, conoció a Didominique, que se convirtió en su mejor amigo y, más tarde, en su padrino. Era creyente. "Sin él, no sé si habría dado el paso", continúa. A los 18 años, empezó a pensar en el bautismo. Didominique la puso en contacto con un sacerdote que conocía, el padre Laurent. Pero era demasiado pronto para dar el paso. "Desistí porque no quería ir al catecismo. No estaba seguro de si creía en ello o no. Unos años más tarde, este deseo volvió a surgir, mucho más fuerte e incesante. Llena de preguntas, la joven buscó respuestas en Internet y encontró, según sus palabras, "todo y su contrario". "Cada vez que tenía una duda, buscaba la respuesta en la red, pero en realidad lo que me faltaba era un hilo conductor", dice.
"Y entonces, en un momento dado, me obsesioné completamente con ello. Pensaba sobre todo en Jesús. Tenía miedo: ¿por qué yo? No me sentía capaz". Sintiendo que necesitaba orientación, volvió a llamar al padre Laurent. "Sé que nunca contesta al teléfono, pero cuando le llamé, ¡contestó! La escuchó y la aconsejó. Lena empezó a recibir clases particulares de catecismo una vez a la semana.
"Fue enriquecedor. Empecé a entender y a ir a Misa. Las primeras veces, me sentaba al fondo de la iglesia. Como era un descubrimiento, no era muy audible para mí y me agobiaba un poco. Era difícil, me costaba levantarme para ir porque tenía aprensión. Pero luego me descargué AELF (Aplicación para consultar las lecturas del día) y poco a poco lo estoy disfrutando".
"Es la mejor revelación que he tenido en mi vida. Todo cambia cuando te das cuenta de que Jesús es la verdad"
Cada día dedica tiempo a vivir su relación con Dios: "Rezo a mi manera, hablo con Él, confío en Él". Al mismo tiempo, su mejor amigo la apoya en su camino de fe. Siempre que me siento culpable, por ejemplo si he perdido los nervios, él está ahí". El grupo de catecúmenos también es un gran apoyo. "Te sientes un poco más comprendida. No es fácil sentirse legítimo. Antes me sentía un poco como un fraude", confiesa. "Antes teníamos una vida en la que no creíamos, en la que ni siquiera pensábamos en ello. Sigo cometiendo errores, no soy perfecta. Como voy retrasada, siento que tengo que trabajar el doble. Pero solo Dios es perfecto".
¿Qué cambiará para ella con el bautismo? "Lo sabré cuando me bautice. Ya intento llevar una vida cristiana todos los días", continúa. "Tengo la impresión de que estoy muy lejos de la meta, pero no es la meta, es solo el principio. Estoy tan contenta. Es la mejor revelación que he tenido en mi vida. Todo cambia cuando te das cuenta de que Jesús es la verdad. Es mucho mejor: nunca estás solo, siempre hay alguien contigo. Es mágico. Incluso divino.

