Campaña de Cuaresma 2025
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Cuando parece que no todo va bien, podemos sentir desesperanza y hasta abandono por parte de las personas más cercanas a nosotros, y lo único que nos queda es clamar a Dios. Entonces, la oración surge espontáneamente y rogamos con toda nuestra alma que el Señor se apiade de nosotros.
Ante esta realidad, no dudemos de que Dios nos escucha y quiere ayudarnos. Una breve oración nos ayudará a sentir la paz necesaria para continuar nuestro camino, a pesar de las dificultades.
El salmo 42 (43)
El salmo 42 nos regala una frase que se convierte en toda una oración:
"Envíame tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada".
Apréndela para que la recites en las adversidades y momentos cruciales de tu vida.
Orar en todo momento
Cuando te sientas solo, clama: envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Si vas a tener una reunión importante, ruega: envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Al prepararte para tener una charla profunda, suplica: envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Ante el inevitable momento de tomar una decisión, aclama: envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Y, si acaso vas a pasar por una cirugía, pide por los médicos: envíales, Señor, tu luz y tu verdad.
Cuando te encuentras frente a un problema grave y deseas resolverlo pronto, ora: envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
En medio de una discusión, di a Dios: envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
O si alguien te busca para reclamarte algo, reza: envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Todo momento es propicio para unirte en oración a tu Creador, no son necesarias las palabras abundantes, sencillamente despójate de tus miedos y con humildad, entrega todo en manos de Dios. Él te dará lo que requieras para estar en paz.


