Campaña de Cuaresma 2025
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Para algunas personas, a veces la vida se presenta un tanto confusa, y cuando desean entender cuál es la voluntad de Dios para su vida, pero su fe no está bien cimentada, buscan respuestas en lugares equivocados.
Usar el discernimiento
Un método que mucho nos ayudará a entender qué viene de Dios es el discernimiento. El sitio web de la Arquidiócesis de Seattle dice que:
"El discernimiento es el proceso mediante el cual descubrimos la voluntad de Dios para nosotros".
En la Audiencia General del miércoles 28 de septiembre de 2022, el Papa Francisco dijo lo siguiente:
"El discernimiento no pretende una certeza absoluta —no es químicamente un método puro...—, porque se refiere a la vida, y la vida no siempre es lógica, presenta muchos aspectos que no se dejan encerrar en una sola categoría de pensamiento. Querríamos saber con precisión qué hay que hacer, pero, incluso cuando sucede, no siempre actuamos en consecuencia".
Hemos leído que se trata de un proceso, es decir, una serie de pasos que se dan gradualmente para descubrir qué quiere Dios y de este modo, podamos tomar una decisión correcta.
Alejarse de la superstición
Por tanto, no se trata de un método mágico, ni tampoco debe tomarse a la ligera, como quien busca adivinos, brujos o cualquier clase de charlatanería para que le indaguen el futuro.
Tampoco se puede dejar al azar, como quien abre la Biblia sin sentido, creyendo ver una respuesta en donde no la hay, porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, pero debe leerse con espíritu de humildad y no como una solución instantánea a los problemas.
Lo qué debemos hacer
O quizá sí alcancemos a entender lo que Dios nos dice, pero somos nosotros los que nos oponemos, como dice el Papa Francisco:
"No somos solo razón, no somos máquinas, no basta con recibir instrucciones para cumplirlas: al igual que las ayudas, los obstáculos para decidirse por el Señor son sobre todo afectivos, del corazón".
Así es que el Santo Padre nos ayuda a saber cuál es la clave para conocer lo que Jesús quiere de nosotros:
"Discernir qué sucede dentro de nosotros no es fácil, porque las apariencias engañan, pero la familiaridad con Dios puede disolver suavemente dudas y temores... Esta es la relación que debemos tener en la oración: cercanía, cercanía afectiva, como hermanos, cercanía con Jesús".
Orar, dejarse ver por Dios, de manera sencilla, sin palabrerías y de este modo, escucharemos la voz del Señor.


