Campaña de Cuaresma 2025
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En el Evangelio del día de hoy, Jesús nos reta a ir más allá del simple cumplimiento de los mandamientos, Él no quiere que hagamos cosas buenas solo por cumplir estas normas; quiere que tengamos una verdadera transformación interior, que actuemos realmente por una convicción de nuestro corazón. No se trata solo de rituales vacíos, sino de corazones reconciliados.
En la reflexión que el padre Giovanni hace, nos comparte:
¿Es suficiente cumplir con las normas o Dios espera más de ti?
Jesús lanza un reto radical:
"Si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos."
Los fariseos eran expertos en cumplir la Ley, pero su corazón estaba vacío de amor.
Jesús nos dice que no basta con "portarse bien" o cumplir reglas externas. Dios no quiere solo apariencia, quiere una transformación interior.
Jesús va más allá del mandamiento:
"Han oído que se dijo: 'No matarás'. Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano será condenado."
Aquí está la clave: no solo se mata con las manos, también con las palabras, el desprecio, la indiferencia.
El resentimiento, la ira, la falta de perdón nos separan de Dios tanto como un pecado externo.
Jesús nos da un ejemplo fuerte:
"Si llevas tu ofrenda al altar y recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda, ve y reconcíliate primero."
Dios no quiere rituales vacíos. Quiere corazones reconciliados.
No tiene sentido rezar, ir a misa o hacer buenas obras si estamos llenos de odio o rencor.
Jesús nos advierte: "Ponte de acuerdo con tu adversario mientras vas de camino."
No guardes resentimientos. No te duermas con la herida abierta.
Hoy Jesús te pregunta: ¿Hay alguien a quien necesitas perdonar? ¿Tu fe es solo externa o está transformando tu corazón?

