Hospitalizado en la clínica Gemelli desde el 14 de febrero a causa de una infección respiratoria, el Papa Francisco no se ha olvidado de sus fieles de Gaza. La primera noche de su ingreso en el hospital, Francisco, que se niega claramente a abandonar sus obligaciones, hizo su tradicional llamada telefónica al padre Gabriel Romanelli, párroco de la parroquia católica de la Sagrada Familia.
Considerablemente debilitado tras un prolongado ataque asmático, que requirió que se le colocara oxígeno, el Papa solo faltó a esta cita unos días, el tiempo que necesitaba para descansar. El Padre Romanelli quedó conmovido por su firmeza y su preocupación por los católicos que sufren en la Franja de Gaza. El Padre Romanelli expresó su gratitud y alivio por poder seguir escuchando al Papa por teléfono, a pesar de su frágil estado de salud.
"Como cada día desde el inicio de esta terrible guerra, el Papa Francisco nos llamó una vez más para expresarnos su cercanía, rezar por nosotros y darnos su bendición", dijo el padre Gabriel en un vídeo publicado el 25 de febrero por el Patriarcado Latino de Jerusalén.
"Nos alegra escuchar su voz, siempre es reconfortante", dijo el sacerdote. "Saber que, a pesar de su delicado estado de salud, sigue pensando y rezando por todos, por la paz en Gaza (…) nos da una gran alegría incluso en medio de tantas pruebas".
Un Papa cercano a sus fieles
Desde su elección en 2013, el Papa Francisco no ha dudado en llamar a muchas personas en apuros sin el menor atisbo de protocolo. Estas iniciativas muestran su preocupación pastoral y su deseo de estar cerca de los católicos, por difícil que sea su situación personal.
Al comienzo de la guerra, había mil 017 cristianos de todas las confesiones. Desde la intensificación del conflicto entre Hamás e Israel, y sobre todo desde los bombardeos de la Franja de Gaza, su ya pequeña comunidad no ha hecho más que menguar. El centenar de católicos intenta mantener el rumbo en la parroquia de la Sagrada Familia. "Intentamos mantener una disciplina espiritual. Eso es lo que nos salva", dijo el padre Gabriel Romanelli a Aleteia el 8 de octubre de 2024.
Misa diaria, adoración al Santísimo, rosario, clases de catecismo y lecciones para los niños… "Lo que más fuerza nos da es tener con nosotros la presencia real de Jesús en la Eucaristía", prosigue el padre Gabriel. A pesar del alto el fuego negociado entre los beligerantes en enero de 2025, la incertidumbre sigue siendo máxima, ya que esta primera fase de la tregua finalizará el sábado 1 de marzo.
