El año esta por concluir, qué mejor que cerrarlo en familia y con un buen balance, repasando lo bueno y lo no tan bueno que nos hizo crecer personalmente y en familia. Guiar a los hijos para hacer este balance puede ayudarlos a abrirse entre como padres e hijos y practicar una escucha activa; adicionalmente, funcionará para establecer cómo pueden lograr sus metas de este año que viene.
Consejos para hacer un balance de año:
Piensen en experiencias y emociones vividas durante el año y luego plásmenlas para que sea más fácil visualizarlas. Para ello, puedes elegir actividades divertidas, como crear un collage, un diario o una línea del tiempo.
Propón preguntas abiertas para fomentar la reflexión y recuerda que hacer un balance de año es un proceso personal y único para cada uno. Lo importante es encontrar la manera que mejor se adapte a ti y a tus hijos.
El balance y la meditación podrá sacar a colación sus inquietudes o remarcar sus logros. Escúchalos y celébralos con empatía.
Pasos para hacer un buen balance de año:
1Reflexiona
Haz una lista en la que anotes tus logros, desafíos, aprendizajes y momentos clave. Identifica patrones: ¿Qué te hizo sentir bien? ¿Qué te causó estrés? ¿Qué fue lo más difícil?
2Sé honesto
Establece metas claras y alcanzables.
Sé específico: en lugar de decir "quiero ser más saludable", di "quiero correr tres veces por semana".
Además, las metas que establezcas deben ser realistas. Evita metas demasiado elevadas o complicadas que, por no conseguirlas, te desmotiven.
Por último, divídelas en pasos. Desglosa metas grandes en tareas más pequeñas y crea un plan de acción
3Define acciones concretas
¿Qué harás cada día/semana para alcanzar tus metas?
Establece un calendario: Asigna fechas límite para cada tarea. Sé flexible. La vida cambia, así que adapta tu plan si es necesario.
Busca apoyo compartiendo tus metas con alguien, ya que hablar sobre ellas te ayudará a mantenerte comprometido siendo paciente contigo mismo, pues el cambio lleva tiempo.
No olvides el crecimiento espiritual
Finalmente, lo que más importa es que tengas consciencia de tu crecimiento espiritual y que, cada año, aumente tu capacidad de vivir enfocado en ser una mejor persona.
Dentro de un balance más completo, vale la pena revisar qué tanto has sabido perdonar las ofensas que te hicieron durante el año y liberarte de todo tipo de resentimientos y rencores, sin los cuales no es fácil encontrar la paz interior.
La paz interior es una conquista que se va edificando poco a poco, al ir corrigiendo los errores y mejorando nuestras actitudes. Por un lado, dominando más nuestras emociones y, por el otro, acercándonos a personas más positivas que nos ayuden a crecer.