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Mejora tu relación con María como san Marcelino Champagnat

Maryja - czuła Matka

La misma Virgen María ha dado pistas sobre los regalos que desea

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Mónica Muñoz - publicado el 26/11/24
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La santísima Virgen María fue gran protectora de muchos santos, y san Marcelino de Champagnat puede enseñarnos cómo ser más cercanos a ella, para amarla más

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La santísima Virgen María es camino seguro para llegar a Jesús, por eso los santos se han encomendado a su cuidado y protección, sabedores de que les concedería muchas gracias para su santificación. San Marcelino Champagnat puede ayudarnos a mejorar nuestra relación con Ella.

Fundador de los Hermanos Maristas

A pesar de que su educación fue precaria, pues a los 14 años apenas sabía leer y escribir, no podía decirse lo mismo de su fe porque su familia era profundamente cristiana. Por eso se entiende bien que, una vez ordenado sacerdote, se interesara en que los niños y jóvenes recibieran una adecuada instrucción religiosa.

Al formar su congregación, toma el nombre de "Hermanitos de María" o "Hermanos Maristas"; y por su honda devoción a la Virgen María, siempre la nombraba la "Buena Madre", "Recurso Ordinario" y "Primera Superiora".

Estos consejos del santo te ayudarán a acercarte más a María santísima y amarla como a tu verdadera Madre.

1Difunde su devoción

Cuando conocemos a una persona que nos interesa, hablamos mucho de ella. Conocer a la santísima Virgen María, primero desde el Evangelio, y luego por sus apariciones y las experiencias de los santos y videntes, te ayudará a amarla y difundir su devoción.

Esto es lo que te aconseja san Marcelino:

"La devoción a María gusta de difundirse, y quien no intenta comunicarla y tiene poco entusiasmo por extender y propagar el culto de la Virgen, demuestra que carece de tan preciosa devoción".

2Conságrate a María

No hay santo más poderoso que María santísima, y la razón es simple: nada puede negarle su amadísimo Hijo Jesús. Escucha al santo Champagnat:

"María no se queda con nada: cuando la servimos, cuando nos consagramos a ella, nos recibe para entregarnos a Jesús y llenarnos de Jesús".

3Acude a ella como a tu "Recurso Ordinario"

La Virgen santísima siempre está dispuesta a escuchar a quienes acuden a ella en sus penas y aflicciones, por eso, recurrir a su influencia debe ser un acto ordinario, como decía san Marcelino:

"Ya saben a quién hemos de pedir esas gracias, a nuestro Recurso Ordinario. No temamos acudir a ella demasiado a menudo, pues su bondad y poder no tienen límites, y el tesoro de sus regalos es inagotable".

4Ora y ponte en sus manos

Y si deseas comunicarte con ella con una oración sencilla, aprende de memoria la jaculatoria preferida de san Marcelino Champagnat, que da testimonio de su inmensa fe en Dios y confianza en la Virgen María:

"Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús".

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