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J.R.R. Tolkien -creador de la exitosa saga del Señor de los Anillos- y C.S. Lewis -creador de las Crónicas de Narnia- se conocieron en 1926 en Oxford y rápidamente se hicieron grandes amigos. Ambos compartían una gran pasión por la Mitología, Literatura y Filosofía, y solían debatir sobre temas como la religión, la moral y la existencia de Dios. Mientras Tolkien era un católico comprometido, Lewis era ateo. Sus cartas y conversaciones sobre la religión eran intensas, con Tolkien defendiendo su fe y Lewis siendo escéptico.
Inicialmente, Lewis se reía de las creencias religiosas de Tolkien; pero con el tiempo, las conversaciones entre ambos empezaron a cambiar su perspectiva. Tolkien le enseñó a Lewis que el cristianismo no era solo una "mitología inventada", sino la "mitología verdadera", que compartía muchos de los mismos temas universales de las antiguas leyendas, como el sacrificio, la redención y la esperanza.
La llegada de Lewis al catolicismo
En los años 30, Lewis comenzó a interesarse más por el cristianismo. Poco a poco fue dejando el ateísmo, y aunque al principio se inclinó hacia el protestantismo, fue Tolkien quien le ayudó a comprender la importancia de la tradición y la autoridad de la Iglesia Católica.
A pesar de su conversión al cristianismo, Lewis seguía teniendo dudas sobre la autoridad de la Iglesia Católica, pero gracias a las conversaciones con Tolkien, comenzó a comprender mejor el catolicismo. Finalmente, esto lo llevó a convertirse plenamente al catolicismo en 1931.
Aquí fragmentos de las cartas entre Tolkien y Lewis (1930-1931):
Tolkien: "La religión cristiana, que tú llamas mitología, es la única que realmente posee un sentido. Es un 'mito' que, al contrario de los mitos paganos, ha llegado a ser realidad. [...] Para nosotros, el cristianismo es la verdadera mitología. Por lo tanto, la historia de Cristo es mucho más que una historia, porque contiene la verdad de todas las demás mitologías".
Lewis: "Creo que he sido, por mucho tiempo, una especie de escapista, buscando en las mitologías algo que me dé consuelo. Aún no estoy convencido de que el cristianismo sea la respuesta definitiva, pero no puedo negar que hay algo en tu perspectiva que resuena en mí".
La importancia de la Iglesia Católica
Este es uno de los momentos decisivos en la conversación entre ambos. Tolkien, ya sabiendo que Lewis se estaba acercando al cristianismo, le escribe sobre la importancia de la Iglesia Católica:
"Mi amigo, puedo entender que tu mente aún vacile, pero el cristianismo, tal como lo conoces, no es un simple conjunto de enseñanzas abstractas. Es una realidad viviente, respaldada por una tradición que ha perdurado. A menudo, las personas escogen ver las enseñanzas de la Iglesia Católica como una camisa de fuerza, pero son las mismas que han traído luz al mundo durante siglos".
Lewis, que aún se encontraba en el proceso de conversión, le responde a Tolkien en términos de su lucha interior:
"Estoy llegando a ver lo que dices. Mi mente y mi corazón aún se resisten, pero ya no soy el mismo que antes. Algo en lo que dices sobre la tradición y la autoridad me ha dado algo de paz, aunque mi espíritu aún esté buscando respuestas".
Aunque la conversión de Lewis al catolicismo no fue algo que hizo públicamente, tuvo un gran impacto en su vida espiritual y también en su obra literaria. La influencia de Tolkien fue esencial en este proceso, ya que le ayudó a ver la fe de una manera mucho más rica y profunda. Este caso demuestra cómo una amistad profunda puede transformar a una persona, cambiando sus creencias y su forma de ver la vida.
Las obras de Lewis, como Las crónicas de Narnia, El gran divorcio y La carta del diablo a su sobrino, aunque no sean estrictamente católicas, contienen una profunda influencia cristiana y toques de teología que resuenan en la tradición católica. Sus escritos son utilizados por muchos católicos como una puerta de entrada a la reflexión sobre la fe y el sentido de la vida.
La transformación de Lewis, pasando del ateísmo al cristianismo, sirvió de testimonio a muchos católicos y cristianos en general, mostrando cómo la razón y la fe pueden coexistir.
Las cartas entre J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis, especialmente aquellas que tratan sobre temas de fe, religión y la conversión de Lewis al cristianismo, son parte de una correspondencia que fue publicada más tarde en los coleccionables The Letters of J.R.R. Tolkien y The Collected Letters of C.S. Lewis. Estas cartas son fascinantes porque reflejan la profunda amistad y las discusiones filosóficas entre ambos escritores.