Anacleto González Flores vivió en una época difícil para México y la Iglesia católica, sin embargo, puso sus dones y conocimientos al servicio de Cristo, sin importar que por ello su vida corriera peligro, al punto de morir como mártir.
Su vida fue breve, pero muy productiva. Luego de una infancia y adolescencia vividas en la miseria, de manera autodidacta, estudió y trabajó al mismo tiempo. A veces como panadero, otras veces como ladrillero o maestro de diferentes materias, se ganó el apodo de "maistro" y luego "maestro".
La libertad religiosa
Su mayor anhelo era ver un México libre, donde se pudiera profesar la religión católica sin restricciones. Por ello, trabajó para unir a los católicos de jalisco, donde en 1918, el Congreso del Estado había promulgado un reglamento de cultos, llamado Decreto 1913, que coartaba la acción de los sacerdotes para celebrar los sacramentos, limitándolos a un sacerdote por cada cinco mil personas.
Por ello, favoreció la resistencia civil y pacífica en contra de aquella alevosa ley que atropellaba la libertad religiosa de los mexicanos, logrando su derogación unos meses después. Sin embargo, era solo la punta del iceberg, porque con el presidente Plutarco Elías Calles comenzó la sangrienta persecución religiosa.
Condecorado por el Vaticano
El escritor Jean Meyer, en su libro Anacleto González Flores, el hombre que quiso ser el Gandhi mexicano, menciona que, tal fue su entrega y entusiasmo que, en 1925, el arzobispo Francisco Orozco y Jiménez solicitó al Vaticano para él y otros colaboradores laicos la condecoración Pro Ecclesia et Pontifice.
Además, era muy conocido por su facilidad de palabra, pues era un excelente orador. Y por si fuera poco, en 1922 se recibió de abogado, y en 1925 fundó la Unión Popular en Guadalajara, Jalisco.
Líder y periodista
Para difundir su pensamiento editó los boletines La Palabra y Glaudium, donde plasmó sus convicciones en defensa de la libertad religiosa y de la importancia del testimonio y la participación social, alcanzando un tiraje de ciento diez mil ejemplares.
Para él, la organización de los católicos para defender la causa de Dios era muy importante. Para ello "llevó a cabo una tarea intensa de propaganda y enseñanza". Para Anacleto, "la victoria pasa por la toma de conciencia, la conversión y finalmente la movilización del pueblo entero. Entonces, sin violencia, será derribado el tirano".
Por supuesto, un hombre de esta naturaleza resultaba peligroso para el gobierno, por ello fue perseguido hasta caer preso el 31 de marzo de 1927. Después de ser torturado cruelmente, murió a los 38 años como mártir de Cristo Rey.
Anacleto González Flores fue beatificado el el 20 de noviembre de 2005. Su memoria se celebra el 20 de noviembre.